Traiga a mi memoria, mis caídas y mis errores profanos
Para llevarlos conmigo en cada nuevo paso hacia la luz,
Recordándome lo imperfecto de antaño, las tinieblas.
Y la amargura de mi ignorancia me mantenía ciego
Nada sabía, nada comprendía
Más en mi corazón la llamada del saber persistía.
Con el cruce de la penumbra hacia la luz
Transfórmense estos pasos errantes en culpa y deshonra
Si se repiten como antaño.
Nunca manche mi nombre y el de mis hermanos
Bajo pena de destierro y soledad.
Que el secreto siga a salvo y oculto
Y el juramento sea mi baluarte, cual incólume estandarte
Guíe mi actuar diario, con resolución y voluntad
Llevándome al cubo perfecto
Como eslabón firme de la cadena
Que no ha de romperse jamás.
Traiga a mi memoria lo que nunca volverá
Cada paso nuevo será en la senda de verdad
Serenamente y con humildad
Siendo fiel y leal a mi hermandad.
Una mirada pletórica hacia adelante
Me muestra un camino arduo y pedregoso
Con mi corazón fuerte y vibrante
Avanzar al oriente ansiado y luminoso.
Cuando de mi cuerpo solo queden cenizas
El recuerdo sea inmortal como la brisa
En la hermandad que me acogió en su seno mas interno.
Que mis hijos sepan que luché por la paz y el amor
Que libré mil batallas contra el amargo destino
Que le mundo sigue teniendo un mágico candor
Y que de la libertad, igualdad y fraternidad fui peregrino.