Hablemos de los poemas del malogrado Mark Lanegan…
Vocalista de los míticos Screaming trees y miembro a ratos de los todopoderosos Queen of the stone age, la honda y oscura voz de Mark Lanegan se apagó tras una esplendorosa carrera de casi tres décadas el pasado 2022. El diablo en coma (Contra, 2023), es su breve y sombrío legado poético.
He aquí una selección personal de tres de sus sugestivos poemas.
LA PARTE MÁS OSCURAA veces me ha costado amar la viday cuando una enorme bandada de mirlossurca el cielo me gustaría poder irme con ellos Cuando una mujer se entrega a mi y a toda mi soledad es más de lo que merzco Cuando la niebla se cierne sobre el aguay he aprendido otra lección a las malas va directa a la parte más oscura de miy una lección es difícil de encajar cuando es de las que duelepero yo la encajaré cada vez y el sufrimiento que padezcoy todo el dolor que he causadoalgún día serán mi lamentable finalasí que pido disculpas ahora y aunque he fallado muchas veces y volveré a hacerlo Dios conoce mi lado bueno
HISTORIA DE AMORNo ames nada demasiado porque se abrirá una vena que derramará un ríocuando ya te estés ahogando Cierra el libro si la historia ha terminado cobra al bajar le telónEsta es claramente la caída de la que no me levantaré
DESECHO
A medida que transcurrían los días, las semanas y los meses a marcha de tortuga, intenté obligarme a entrar en otra realidad, pero los únicos recuerdos que era capaz de acumular estaban ligados a algo que prefería olvidar. El futuro era una incógnita poco prometedora, y solo podía recurrir al pasado muy lejano en busca de consuelo, pero parecía que no había ningún momento irreprochable al que agarrarse. Me había pasado la vida en las sombras, facilitando mi propia perdición y la de los demás, aceptando cualquier trabajo oscuro que se me presentara, cada acción era un medio para alcanzar un fin, y el fin era el olvido. Después de vivir un tiempo en la Costa Este estuve bastante tiempo durmiendo en un coche que me había regalado un amigo, Cada vez que empezaba una relación íntima, nunca duraba mucho. "¿Dónde has estado toda la noche? ¿Cómo te ganas la vida? ¿Por qué mientes?". Nunca tuve una respuesta honesta para ninguna de aquellas preguntas. A casi todas las relaciones les ponía fin la mujer con la que estaba, no yo, y a menudo se iban con otro dándome una puñalada por la espalda, que siempre me estaba merecida. Era un perdedor nato, pero cuando terminaba una cosa, yo ya estaba en otra. Los amigos me mantenían a flote ofreciéndome trabajo o cobijo, a menudo pasando por alto mi comportamiento cuestionable, y me cuidaba no ofender a ninguno de ellos. Me permitieron vivir en un mundo que me habría desechado muy gustosamente.
© David de Dorian, 2023
(Ilustración: Unknown)