LLUVIA CEREMONIAL
El extraordinario don continúa.
¿Cómo numerar las gotas que cayeron desde antes
La sangre es ahora invisible pero arde como subiendo
desde mi piel enardecida de prodigios y almenas
para mirar las constelaciones más tenues.
Nací en El Cairo y desde niño espero la lluvia
entre los médanos que enceguecen
y cambian de lugar como Dios en la sombra.
Nací en todas las ciudades del planeta.
¿Cuál es la meta, la vigilia final?
Admitir que la lluvia y el llanto
duran más que nuestras vidas.
EL RAYO NUMINOSO
Vienes a mí desde la ardua vigilia de las anunciaciones.
Llegas cantando entre las flores de lino, sapientísimas
de ardor y de celeste melancolía.
¿Qué fue del tiempo, ese humo descastado?
Ahora conoces la blanca eternidad de los justos.
Deja caer la miel de tus panales.
Vas a abrir la puerta, vas a sorprenderme
con tus ojos laberínticos que laten en mi solo corazón,
ya cansado de lágrimas sobre la hierba.
Tan de cerca, tu voz se ilumina.
(Delicadas incisiones me transmiten la ternura,
el manantial inmarcesible.)
¿Y qué casa labraré esta noche
con el magnífico amor inalterable que me dejas?
Dr. Manuel Lozano Gombault
DE JOSÉ SARAMAGO -PREMIO NOBEL 1998- A MANUEL LOZANO
-Premio Nobel de Literatura 1998-
Imágenes remitidas por el autor