Revista Insólito

Poemas y Pensamientos de Manuel Lozano Gombault, XVII

Publicado el 21 septiembre 2023 por Monpalentina @FFroi
Poemas y Pensamientos de Manuel Lozano Gombault, XVII

LO INEXTINGUIBLE


Las preguntas se repliegan sobre sí mismas.
¿Adónde arder cuando la noche cae?
¿Adónde el adónde en el vasto infinitésimo?
-Cúrame del relámpago de lo feral -dije.
(Astíllame en la hierba.)
Cúrame de la fiebre y su latido.

Manuel Lozano Gombault
-Derechos registrados-


DESBÓRDENSE AHORA EN GANESHA

a Nazaret Dusín


Sobreabunda universo, la sangre sobreabunda increíble
en largos banquetes para Sir Lawrence Alma-Tadema.
El prado ofrece sus rosas blancas y la mirada huele
a cielo caído sobre los pantanos.
Sobreabunda universo, la sangre sobreabunda.
Yo juego entre los pliegues y la blanca sonrisa,
inmemorial y perfecto.
Yo tengo tan sólo seis años.

Dr. Manuel Lozano Gombault
Nominado al Premio Nobel de Literatura 2023
-Derechos registrados-

PENSAMIENTOS


La gran Olga Orozco escribe en el prólogo a "Mansión Artaud", de Manuel Lozano:

"(...) Es el constructor y centinela de la nueva literatura argentina y latinoamericana (...)"

CORRESPONDENCIA


CARTA DE OLGA LOZANO GOMBAULT A SU HIJO MANUEL LOZANO GOMBAULT

San Francisco, Córdoba, 3 de junio de 2019

Queridísimo hijo: Desde el mismo momento en que empezamos a buscarte con papá (después de nueve años y en un lapso de uno), supe, con esa percepción tan ancestral que albergamos las mujeres, que serías una criatura maravillosa. Lo fuiste y llegaste esa noche invernal del 15 de junio, ¡nada más ni nada menos que el Día del Libro!, con esos ojos del color de la piedra lunar y la sonrisa insoslayable abriendo mundos verdaderos. Ahora sos un hombre maravilloso.
Vos sabés que no acostumbro a edulcorar o elogiar a nadie porque sí, y mucho menos a un hijo. Pero hoy necesito dejar constancia de todo el amor que me profesaste a lo largo de la vida y el poco, quizá, que pude devolverte.
Acá, en la dura cama de la clínica, a un día de mi operación de cadera, tengo los tres libros que me dejaste en la mesita de luz: "Confianza en uno mismo", de Emerson, las obras completas de Federico (García Lorca), y esa estupenda Biblia del S. XIX que no sé dónde conseguiste.
Sí, ya lo sé, vos conocés los más insólitos recovecos de Buenos Aires y de París, consiguiendo "joyas" invaluables, especies de zafiros que pueden llegar a enceguecerte.
La literatura debe enceguecernos. Me lo enseñaste vos, desde la timidez de tu adolescencia, porque desde la ceguera empieza el despertar.
Hijo mío vos me engedraste a mí, yo fui parida por vos y todo tu arte. Yo desperté.
¿Te acordás cuando leíamos, Corintios 13, la preeminencia del amor, de San Pablo? "Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada".
Hoy recordé el encuentro que tuvimos con la Madre Teresa, junto a tu padre que temblaba de la emoción, en ese aparentemente lejano día de 1980. Nada es lejano. Vos eras un niño y me repetías constantemente: "¡Es una santa, mami, es una santa! ¡Hay una luz que sale desde adentro!"
Tengo que ser cruda y firme: no sé si nos volveremos a ver en este mundo. Si eso pasa, no te acongojés ni llorés. Celebrá ese viaje que estoy comenzando a realizar. Me encuentro en paz con Jesús y conmigo misma. Ya no hay llagas. Pensá que estaré siempre con vos, dentro y fuera de la sangre.
No puedo más seguir por el dolor post-operatorio.
Sólo quiero agradecerte tu infinita ternura y la sabiduría con que me transformaste en un ser pleno. Plenísimo, como solés escribir vos.
Te abrazo fuerte, muy fuerte, a pesar del tiempo, con un abrazo redondo y perfecto como una naranja. Para mí, el amor tiene color. Es anaranjado. Y nadie podrá arrancárnoslo, porque es carne de tu carne, ahora y en el cielo que me espera.
¡Gracias, vida mía, por haberme ofrendado un hijo como vos! El mundo ha empezado a amarte. Y te espera un camino deslumbrante y redentor. Porque antes de ser genial, sos un ser humano íntegro destinado a la perduración y la bondad que, como repetía Beethoven, es la máxima virtud del hombre.

Besos sin fin, mamá

Poemas y Pensamientos de Manuel Lozano Gombault, XVII

Cuaderno de Manuel Lozano en nuestra revista Pernía

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