Revista América Latina
Roy Dávatoc (Perú, 1981). Es un joven poeta cantuteño, con tres poemarios a cuesta: (Alma,Gradus y La lluvia nos detiene), es para muchos un osado salvavidas ya que dirige con éxito la editorial Toro de Trapo, desde allí arroja boyas a muchos escritores náufragos; Roy pergeña sus versos con el dolor a cuestas, posee una incansable necesidad de retratar todo cuanto ve; el mundo es para él un bestiario por donde desfilan todas las emociones humanas.
Utrillo
Estuviste tan solo
nunca te diste cuenta de lo horrible del mundo
del cáncer y el colesterol
bombardeando el corazón y el hígado
lo irremediable de las rinoplastias
y las inyecciones de botox,
tú sólo tenías ojos para
la lenta y firme
tristeza de las alas
Cuento breve
Para Juan, mi casi hermano.
Hay tres sujetos
Miguel/ El Gato/ y Juan
y en un chevi del 98 gris palomino
tartamudeando
fuman marihuana
un poli rompe el cristal
bajo la lluvia
el humo desaparece
primero rápido
luego se detiene un momento
La lluvia no se detiene
Hay otros dos polis a cinco metros
como zanates derribados
o bolsas de basura
que muerden los perros
tras la cortina de agua
siento un golpe en la nuca
negro y naranja y rojo a garradas.
Entonces comprendo que
bajo la lluvia todos morimos un poco
Temor
Se acuchillaron
nuestros ojos de veladora
con el espanto de la nueva luz
y los recuerdos vienen incesantes
a refugiarse en la hierba fresca
donde nuestros cuerpos
se curtieron por el hábito
Pero el amor que
nos fulmina como sangre briosa
contra las rocas
fermentándonos
el nacimiento del primer Dios
promulgado en tu oración
y en mis desiertos
nos vuelve pálidos de
honda locura.
Irredención
NO HAY remedio para aliviar ninguna cosa.
Afuera el silencio es un parto de cielo y sangre
no hay derechos para los hombres fermentados como costras;
parecen bestias marcadas en campo hastío.
Hay niños y mujeres quemados en bolsas,
perros hambrientos,
moscas de muerte.
Y
yo
¡por un demonio!
¿lo único que puedo hacer es tomar café
y evitar su negrura cerrando los ojos?
V
VIENEN los perros
viene la liebre
y se para de golpe la carrera
viene la vida lenta
la raíz y la sangre
viene Dios que cuando está solo
desde su tristeza
se imagina la noche.