Revista Cultura y Ocio
BORRACHERA LUNAR
La luna no tiene pies
allí donde rueda por espacios desolados.
Le gritamos dragando en el río,
pero estos amarillos sólo entienden chino.
La luna no tiene boca,
sin embargo bebe ávidamente todo.
Se la solía ver antaño, durante la dinastía Song,
junto con gentes alcoholizadas.
Un poeta en una barca puede confundir
la luna y su reflejo.
Li Po cayó patas arriba y se hundió
cuando la abrazó en el río.
La luna no tiene ojos
pero la noche está llena de sus lágrimas.
Halmar Gullberg.
Varios Autores. Afinidades afectivas. Libros del Innombrable, 2002.
Traducción de Francisco J. Uriz.