Revista Cultura y Ocio
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EL DESPERTAR
Vagabundeaba a través
de un campo abierto;
el sol resplandecía;
el calor era feliz.
¡Por aquí! ¡Por aquí!
La garganta del reyezuelo brillaba
y una a la otra
se cantaban las flores.
Las piedras cantaban,
aún las pequeñas,
y las flores brincaban
como cabritas.
Una rasgada franja
de margaritas ondulaba:
yo no estaba solo
en un sendero de manzanos.
Lejos en el bosque
un pichón suspiró;
el rocío exhaló
sus matutinos perfumes.
Me acerqué hasta donde el río
corría sobre las piedras:
mis oídos supieron
de una precoz alegría.
Y todas las aguas
de todos los arroyos
cantaron en mis venas
aquel día de verano.
Theodore Roethke.
Varios Autores. 15 Poetas Norteamericanos. Editorial Bibliográfica Argentina, 1966. Traducción de Alberto Girri.