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MIRABA A UNA SERPIENTE
tenaz en sus afanes sobre el pasto seco
detrás de la casa
cazando moscas. Desaparecía
una y otra vez.
Y aunque sé que esto tiene
mucho o algo que ver
con la lujuria, hoy parecería
que tiene que vercon el trabajo. Le tomó casi
media hora tejer
algo como diez pies de césped
tan lento
entre los filos que no podía vérsela
mover. Mirabael rastro de su cuerpo en la hierba
desvanecerse
sólo para resurgir un poco
más adelante
la negra cabeza de nudo hacia arriba, los ojos en
una mariposa.Esto debe ser evolución perfecta cuando
surge el movimiento
como algo evanescente, remiendo
de aquello que se ve
por lo invisible -así como
hilvanamos la tierra,me parece, cada vez que
morimos, volvemos
hacia abajo, surgimos hacia arriba...
En el hilván más
simple, este ir adonde hay que ir,
dejando un patrónno ingrato así por nada. Pero ir
perdiendo la apetencia
por las cosas pequeñas -moscas, palabras- irse
porque nuestro cuerpo
se va. Y en esta desconcertante criatura
un hambre diminuta,una que ni siquiera estropearía
los dientes de león;
recupera la imprescindible libélula
tornasolada
que acaba de posarse en una mata...
todo para decirhoy ya no les temo, o nunca más
en el futuro, creo.
Jamás estamos, estuvimos, ni estaremos
errados. El deseo
es el honesto trabajo del cuerpo,
su motor, su viento.Debe tener también sus velas -olas
en su boca diminuta, válvulas
en el corazón humano, sentidos como barcos de vela
al zarpar
hacia la mente. Pasión es el trabajo
que nos recupera,hilvanes perdidos. Nos moldea,
nos amarra
a una materia más recia
no cabe duda.
Jorie Graham.
Varios Autores. Líneas conectadas, Nueva poesía de los Estados Unidos. April Lindner Editor, 2006. Traducción de Zulai Marcela Fuentes.