Revista Cultura y Ocio
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LOS ANIMALES AZULES
Cuando desperté esta mañana
estaban allí, tan azules
como la mañana, tan serenos
como el largo césped verde
en que pastaban volviendo
sus delicadas cabezas. Tú
habrías dicho: nada malo
puede ocurrirnos. Pero tú no estabas.
Y ellos dos abrieron mi mañana
graciosamente anchos y azules
como el cielo de la mañana. Sus serenas
bocas se movían sobre el pasto,
y mientras me volvía
para llamarte de nuevo,
me di cuenta de que nada malo
podía ocurrir, aunque tú no estuvieras.
Jon Anderson.
Varios Autores. Nuevas voces de Norteamérica. Plaza & Janés Editores, 1981. Traducción de Claribel Alegría y D. J. Flakoll.