Fernando de Herrera
***YERTO Y DOBLADO MONTE, Y TÚ, LUCIENTEYerto y doblado monte, y tú, lucienterío de mi zampoña conocido,cuando de los pastores el gemidocanté y mi mal con cítara doliente;si nunca en vuestra cima y pura fuentede oír se deja mi dolor crecido,y si por el camino que han seguidootros, su afán llorando, voy presente,dos bellos ojos y un semblante honestoson causa; que cantar bien desearael principio y los fines de las cosas.El tiempo a todo pone en ser perfecto;espero pues -si me es la edad no avara-mostrar cuán varias son y cuán hermosas.Fernando de Herrera***