Francisco de Quevedo
Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos (1580-1645), conocido como Francisco de Quevedo, fue un escritor español del Siglo de Oro. Se trata de uno de los autores más destacados de la historia de la literatura española y es especialmente conocido por su obra poética, aunque también escribió obras narrativas y obras dramáticas. Ostentó los títulos de señor de La Torre de Juan Abad y caballero de la Orden de Santiago.MIRE LOS MUROS DE LA PATRIA MÍAMiré los muros de la patria míasi un tiempo fuertes, ya desmoronados,de la carrera de la edad cansados,por quien caduca ya su valentía.Salíme al campo, vi que el sol bebíalos arroyos del hielo desatados,y del monte quejosos los ganadosque con sombras hurtó su luz al día.Entré en mi casa; vi que amancilladade anciana habitación era despojos;mi báculo, más corvo y menos fuerte;vencida de la edad sentí mi espaday no hallé cosa en que poner mis ojosque no fuese recuerdo de la muerte.
Beato Angélico O.P. más conocido como Fra Angélico O.P. o Fray Juan de Fiésole O.P (1390-1455), fue un pintor cuatrocentista italiano que supo combinar la vida de fraile dominico con la de pintor consumado. Fue llamado Angélico por su temática religiosa, la serenidad de sus obras y porque era un hombre de extraordinaria devoción. Fue beatificado por Juan Pablo II en 1982. Giorgio Vasari en su libro Vida de los mejores, pintores, escultores y arquitectos se refiere a él como Fra Giovanni Angelico, poseedor de un "raro y perfecto talento" y menciona que "nunca levantó el pincel sin decir una oración ni pintó el crucifijo sin que las lágrimas resbalaran por sus mejillas".
Su cuadro La Anunciación es para mí la más bella pintura del museo del Prado, en el que se expone, y visita obligada en cada ocasión que recalo en Madrid. No dejen de ver el enlace inmediatamente anterior. Se lo recomiendo encarecidamente.
La Anunciación, de Fra Angélico
Y ahora, como decía Sócrates, Ιωμεν: nos vamos. Sean felices, por favor, a pesar de todo. Tamaragua, amigos. HArendt
HArendt
Entrada núm. 3105
[email protected]La verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)