Revista Cultura y Ocio
Poetas españoles de la época de los Austrias, VI: Luis de Góngora
Publicado el 28 septiembre 2013 por José Alfonso Pérez MartínezRetrato de Luis de Góngora, por Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (1622).
Luis de Góngora y Argote(1561-1627)
Era hijo de un juez del Santo Oficio –la Inquisición- y de una dama de la nobleza cordobesa. Estudió en la universidad de Salamanca. En 1617 el Rey Felipe III le nombró capellán real. Vivió en la Corte hasta 1626. Se arruinó por la compra de cargos para numerosos familiares. En 1626, arruinado y desmemoriado, regresó a su ciudad natal, Córdoba, donde murió.
Ande yo caliente…
Ande yo calientey ríase la gente
Traten otros del gobiernodel mundo y sus monarquías,mientras gobiernan mis díasmantequillas y pan tierno,y las mañanas de inviernonaranjada y aguardiente,y ríase la gente.
Coma en dorada vajillael príncipe mil cuidadoscomo píldoras dorados;que yo en mi pobre mesillaquiero más una morcillaque en el asador reviente,y ríase la gente.
Cuando cubra las montañasde plata y nieve el enero,tenga yo lleno el braserode bellotas y castañas,y quien las dulces patrañasdel rey que rabió me cuente,y ríase la gente.
Busque muy en hora buenael mercader nuevos soles;yo conchas y caracolesentre la menuda arena,escuchando a Filomenasobre el chopo de la fuente,y ríase la gente.
Pase a media noche el mary arda en amorosa llamaLeandro por ver su dama;que yo más quiero pasarde Yepes a Madrigarla regalada corriente,y ríase la gente.
Pues Amor es tan cruel,que de Píramo y su amadahace tálamo una espada,do se junten ella y él,sea mi Tisbe un pastel,y la espada sea mi diente,y ríase la gente.
Fabula de Polifemo y Galatea (fragmento)
Guarnición tosca de este escollo duro Troncos robustos son, a cuya greña Menos luz debe, menos aire puro La caverna profunda, que a la peña; Caliginoso lecho, el seno obscuro Ser de la negra noche nos lo enseña Infame turba de nocturnas aves, Gimiendo tristes y volando graves.De este, pues, formidable de la tierra Bostezo, el melancólico vacío A Polifemo, horror de aquella sierra, Bárbara choza es, albergue umbrío Y redil espacioso donde encierra Cuanto las cumbres ásperas cabrío, De los montes esconde: copia bella Que un silbo junta y un peñasco sella.