Pogba, 105 millones de euros. Diecisiete mil millones de las antiguas pesetas, cantidad que haría feliz a una ciudad entera pra toda la vida. Ciento cinco millones de euros en una Europa en crisis, con inmigrantes muriendo ahogados en las costas del Mediterráneo, refugiados provenientes de Siria y otros países y atravesando la peor crisis económica de los últimos decenios. Uno, absolutamente ignorante en temas relacionados con el deporte rey, se pregunta como se reparte esta cantidad astronómica de dinero. ¿Cuanto se quedan los representantes, comisionistas, letrados, allegados, intermediarios y gente de diverso pelaje que interviene en la transacción?. El joven no deja de ser un atleta, mejor o peor pagado (en este caso extraordinariamente bien remunerado), pero a cuya costa sujetos grises, desconocidos para la mayoría, embolsan grandes sumas de dinero, como viene sucediendo desde hace decenios y sin que se destape el escándalo que salpicó las comisiones de los políticos, el favor a familiares y hasta ínfimas cuantías por las que se imputó, desde mi punto de vista injustamente, a profesionales de la política por aceptar una dádiva de apenas un centenar de euros.