Theodora está mejor… Está alimentándose otra vez, volvió a salir con chicos casi adecuados,y está en carrera para convertirse en una bailarina de elite.Pero cuando su mejor amigo, Donovan, aparece luego de haber estado secuestrado durante cuatro años, se ve sacudida por sucesos y recuerdos del momento del secuestro.Gracias a V&R Editoras por el ejemplar.
Y del secuestrador…
Donovan no dice nada sobre lo que vivió en su cautiverio y, aunque Theo sabe que ella no es culpable de lo sucedido, decir la verdad podría poner en peligro todo por lo que tanto luchó: su figura, su carrera en el ballet, su reputación, ¿su amor? ¿Es la traicionada o la traidora? Nadie sabe su secreto. Hablar sería terrible. Pero callar puede ser mucho peor.
Brandy Colbert brilla en esta desgarradora novela sobre la verdad, sobre nuestra intimidad y lealtades. Su pluma maneja la trama mientras el lector asiste, conmovido, al drama interno de una protagonista extenuada física y mentalmente.
Una historia que angustia, estremece, rebela y nos invita a no sufrir en soledad, a hablar, a pedir ayuda. Porque la única salvación es cuidarnos unos a otros…
Había visto Pointe en Goodreads, hace ya un tiempo. Lo primero que hice fue agregarlo a to-read, con la vaga esperanza de que algún día llegara a Argentina (porque vieron que acá en general si no llega dos años después de su publicación en el resto del mundo no llegan, ¿no?).
Cuando me enteré que V&R lo iba a sacar pero que aún no tenían fecha decidida, me calmé un poco porque al menos sabía que iba a poder leerlo. Y tal fue mi sorpresa al tenerlo en mis manos durante el mes de enero, sabiendo que en febrero todos lo iban a tener a su alcance, que no tardé más de un día en empezarlo.
Y ya se imaginarán qué me pareció.
(CUIDADO: reseña larga debajo de esto)
Al principio me sentía un poco decepcionada porque, a pesar de que la historia, la narradora, cómo se iban desarrollando los hechos y demases de cosas que siempre me fijo al leer un libro me estaban gustando mucho, no estaba llorando. Es que no sólo tiene una sinopsis sobre temas terribles, sino que además el libro trata exactamente sobre eso: cosas terribles y cómo éstas se reflejan en la mente humana y el comportamiento de la sociedad.
Pero comenzando desde el principio, este libro tenía todas las cosas que me gustaría leer en muchos otros libros (que, como al parecer la literatura en general es caucásica, no aparecen muy a menudo):
Una protagonista que representa a minorías, al igual que como mínimo tres personajes importantes más: todos son negros, y algunos con historias familiares relacionadas con la historia de la lucha de razas en Estados Unidos y en el exterior.
Un libro con personajes reales que tienen que lidiar con problemas reales en una sociedad real: la protagonista no es una pobre inocente que no sabe lo que hace ni lo que pasa, con un supuesto problema ¿mental? exagerado para crear un personaje más ameno y con la exacerbación de las primeras veces. Sí, estoy resumiendo lo único que me quedó de The perks. Disculpas si a vos te gusta.
Un manejo responsable y realista de un problema de salud que afecta al buen funcionamiento de la mente de la persona: Theo, como se deja entrever en la sinopsis, tiene problemas alimenticios. O, más bien, los tuvo... pero como sucede en la realidad, la persona nunca se cura del todo. La autora se animó a responsabilizarse por un personaje con un problema tan grande como este, y no dejó de lado lo que realmente pasa para moldear a Theo como a ella le gustase y le fuera más fácil de escribir.
No hace apología del problema, sino que concientiza. En Frío, de Laurie Halse Anderson, cuenta con demasiados detalles cómo la protagonista es anoréxica (y no me acuerdo si bulímica también). Odié ese libro porque prácticamente sigue el mismo camino de Abzurdah, de Cielo Latini: da herramientas para los que tienen problemas alimenticios. No sé en el resto del mundo, pero en Argentina en televisión está prohibido que los especialistas hablen de formas de suicidio para "no dar ideas", en el caso de que tengan que hablar por algo en particular. Bien, a pesar de lo que significa censurar, se tendrían que prohibir los libros que hacen apología de los problemas alimenticios como los dos que mencioné antes. No hacen más que dañar.
Por último en esta enumeración, y que es lo que me hizo dudar al principio cuando no pasaba, es que no es un libro lacrimógeno. Volviendo a un punto anterior, Brandy Colbert se responsabiliza por la historia: no lo escribe como un libro para vender más y mejor, para que todos lloren y lo aclamen como el libro YA de las nuevas generaciones o alguna bobada como esas, como pasa muchas veces. No victimiza a Theo, ni a Donovan, ni a nadie que haya sufrido por alguna u otra razón.
Como dije en Goodreads, recién lloré en la página 373, cuando sólo me quedaban once páginas para terminarlo. Pero no fue porque la autora tiró la bomba ni nada parecido: no tiene un momento dramático en el que se cae todo y ahí podés llorar tus penas.
Colbert logra que te sientas Theo... incluso si sos hombre (pude comprobarlo con otro lector, así que es promesa plausiblera). Sos Theo en el estudio, con sus amigos, con su interés amoroso. La autora logra que seas Theo durante las 384 páginas que dura su novela, y una vez que vas llegando al final vas entendido. A Theo, a la autora, a todos. Te sentís orgulloso y a la vez no, y tus sentimientos van cambiando. Y por eso recalco este libro y esta historia.
Y para terminar (sí, Flor, ya era hora) voy a resaltar una última cosa: Theo es una protagonista y narradora espectacular. En serio. Por fin tenemos a una protagonista mujer en una ficción realista que es capaz de valerse por sí misma, ¡por Dios! ¡Hace meses vengo leyendo a mujeres que se tienen que valer de hombres para hacer un huevo frito o servirse gaseosa en un vaso! *cofcofcof*. El final... el final, que nos demuestra que haber estado junto a Theo durante toda la novela haya valido la pena. Yo, al menos, me sentí orgullosísima con ese final.
Espero que este libro sirva para que se empiecen a hablar de otras cosas y tomar otras precauciones. Las cuestiones que suceden en esta novela, como los problemas alimenticios (y hay varios más, pero no quiero spoilearles nada por más pequeñito que sea), no le pasan "al otro". Te pueden pasar a vos, a un familiar, a un amigo o a quien sea. Siempre se tiene que estar con los ojos bien abiertos y acompañando a través del tiempo. Esa es la única forma de que las heridas ardan un poquito menos.
¡Espero que lo lean! ¡Es novedad de febrero de V&R, así que espero que puedan conseguirlo prontito y me cuenten qué les parece!
PD: no, no hay citas. El libro en sí es algo para resaltar, so... no.