Policia asesina.

Esta semana y con motivo del desalojo de un edificio municipal ocupado en Sants, una vez más se han producido muy serios desordenes con rotura de cristales y mobiliario urbano y privado e incendios que incluyeron una unidad móvil de TV y una máquina excavadora, y al mismo tiempo el director de los Mossos ha presentado su dimisión.

Lo que voy a decir ahora es políticamente incorrecto en grado sumo, pero no solo lo mantengo sino que estoy encantado de ser políticamente muy incorrecto.

No pretendo defender al dimitido, aparte agradecerle que sea uno de los pocos que lo han hecho en este país, pero a las gentes normales, que no tenemos el habito de ir paseando como si nada por el centro de una refriega entre policías y manifestantes violentos, no nos ocurre nunca nada, ni nos impacta una pelota de goma, ni ningún policía nos da un tremendo golpe de porra sin causa alguna, ni nos causan ninguna desgracia, por la sencilla razón de que no estamos allí, de lo que se infiere que a los que les ha ocurrido todo eso no ha sido porque pasaban por allí por casualidad, o al menos yo no me lo creo. Hace pocas semanas, cuando atravesaba Plaza Molina, afortunadamente a distancia del incidente, llegaban los Mossos para detener a un exaltado que fue trasladado al hospital donde murió, razón por la que el asunto ha llegado al juzgado. Aquel día me fijé en varias cosas: el exaltado daba miedo, no hacen falta análisis para saber que iba hasta el moño de droga, o le ocurría algo que provocaba un efecto similar, y eso que lo vi de lejos, estaba realmente provocando un grave desorden público, la gente se levantaba de los bancos de la plaza o de las mesas de las terrazas y salían corriendo en cuanto se acercaba, se veían destrozos en los parterres y las terrazas claramente provocados por el exaltado, y aunque no puedo asegurarlo porque me largué rápido sin esperar a recibir un mamporro, lo contrario de lo que por lo visto es normal y hace mucha gente, me dio la impresión que los Mossos y la ambulancia llegaron al mismo tiempo, lo que sería una razón para pensar que no ingresó en el hospital a causa del estado en que le dejaron al detenerlo, y sin embargo se ha abierto otro proceso a los Mossos porque el exaltado falleció en el hospital.

Dando tumbos por el mundo he visto actuaciones muy contundentes de la policía, y no precisamente en países con gobiernos totalitarios. En los Campos Elíseos de París vi palestinos volando impulsados por los mamporros de la policía, muy poco después de que se oyese el ruido del primer cristal roto en medio de una manifestación, y he sido testigo de situaciones similares en Los Angeles, Londres y Ginebra, sin que, al menos en los días inmediatos a los incidentes, en que todavía me encontraba en el país, apareciese una sola crónica criticando la extrema dureza con que vi actuar a sus policías.

Para contradecir a los que dicen que “pasaban por allí” también me ha ocurrido más de una vez que al ir a salir de un edificio en que había ido a visitar a alguien me han recomendado esperar un buen rato porque habían desordenes en la calle aunque en el edificio en que me encontraba había tranquilidad relativa y solo se oían sirenas.

Por supuesto que cualquier sospecha de abusos policiales debe ser investigada y de confirmarse sancionada, pero si cada vez que los violentos salen a la calle, a quien acabamos acusando es a la policía, lo acabaremos pagando, y caro, entre otras cosas porque los violentos van a tener esta reacción en cuenta al planear sus salvajadas. También es cierto que en varias ciudades, entre ellas alguna de las que he mencionado, en la actualidad sus unidades antidisturbios incluyen especialistas en grabar en video los enfrentamientos, para que quede constancia de lo que realmente ocurrió. Una idea que quizás solucionaría algún problema a los Mossos.