La Policía ocupó esta comunidad e impuso la calma, luego de que las calles se convirtieran desde el martes en campo de batalla entre bandas que se disputan a tiros el control de los puntos de drogas, con saldo de un muerto y un herido, lo que provocó el cierre del comercio, la docencia y el tránsito.
Con la imposición de la Policía, la calma retornó a esta localidad, facilitando que el comercio volviera a abrir sus puertas y las escuelas a operar.