"Si no comes te llevaré al médico para que te pinchen".Si no te tomas la medicina, te volveré a llevar al médico y será peor"....
Estas frases son utilizadas, en ocasiones, por los adultos para amenazar y amedrentar a los niños cuando estos no actúan según se les pide, como recurso para que obedezcan.
Imagínate que vas por una calle muy transitada y tu niño se suelta de tu mano y entre la muchedumbre se despista y se pierde, los dos os pondríais muy nerviosos. ¿Qué harías tú si hubiese un policía cerca? Seguramente, pedirle ayuda. ¿Qué crees que haría tu hijo cuando viese a un policía o éste se acercara a preguntarle por qué está solo? Tu hijo se asustaría más, nunca le pediría ayuda al policía si no que, pensaría que por haber hecho algo que no debía, soltarse de la mano, el policía va a llevárselo.
¿Qué pasa por la mente de un niño que se niega a ir al médico y que siempre va llorando? Si las personas que más le quieren hablan siempre en negativo de los médicos y amenazan con llevarlo a que le haga daño. Cuando llega el momento de necesidad real, porque el niño necesita asistencia médica, la ansiedad, por el miedo que tiene el niño se traduce en llanto inconsolable.
La labor tanto de médicos como de policías es de protegernos y ayudarnos cuando lo necesitamos y así lo tienen que ver y entender también los niños.Convirtiendo a médicos y policías en AMIGOS:Médicos.
Habla a tu hijo siempre positivamente del trabajo que realizan, de lo bien que nos sentimos después de haber estado "malitos" gracias a las medicinas que recetó y a su buen trabajo.
Enséñale que están para ayudarnos, fomentando la cercanía.Un ejercicio a realizar podría ser el siguiente: Con tu hijo de la mano acércate a un policía y pregúntale cómo podrías llegar a casa, dale la dirección y despídete de él. El niño ha de entender que son personas y que están para ayudarnos.¿Policías y Médicos? ¿Amigos o Enemigos?