![Política de simulación Política de simulación](http://m1.paperblog.com/i/376/3763327/politica-simulacion-L-5HA5oK.png)
No sería la primera vez que los políticos simulan cosas distintas a la realidad. Del mismo modo que no existe ninguna “segunda vuelta”, tampoco nuestro sistema político es presidencialista, sino parlamentario. Aquí no elegimos presidente de Gobierno sino a parlamentarios que lo seleccionan en función de las mayorías que consigan formar en el Congreso de los Diputados. Exigir, como hacía el Partido Popular, que se le dejase gobernar porque era la minoría mayoritaria, era otra simulación, otro intento de engañar al ciudadano, ya que se inviste presidente al candidato que reúne mayoría de votos en el Parlamento. Pero se insiste en crear confusión con la intención de que la opinión pública presione a su favor en las negociaciones para conseguir esa mayoría de apoyos. Una falacia si nadie quiere pactar y cuando se impide que otros recaben esos apoyos. En España es inconcebible que el que no puede Gobernar deje que otros lo hagan para evitar al país un período excesivamente largo sin Gobierno “efectivo”. Aquí, no solo se prefiere alargar la interinidad de un Gobierno “en funciones”, sino que se propugnan “vetos” para que nadie consiga llegar a pactos conducentes a la formación de Gobierno. Si para ello hay que simular que se debe eligir al candidato de la lista (minoritaria) más votada, se expresa abiertamente tal infundio, aunque haya que repetir nuevas elecciones. Nuestra democracia admite el simulacro.
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Los únicos que no simulan son los ciudadanos, que se declaran frustrados y contrariados con la convocatoria de nuevas elecciones por culpa de unos partidos que no fueron capaces de alcanzar acuerdos para la gobernabilidad del país. Pero también ese hartazgo está previsto de antemano por quienes consideran que la abstención favorece sus expectativas. Ningún cálculo puede darse por válido hasta su confirmación ulterior en las urnas, pero la repetición de resultados más o menos idénticos supondría un correctivo de los votantes a los partidos para que asuman de una vez por todas la voluntad popular y se sienten a pactar ese Gobierno que precisa España y que ya no se puede demorar más. El mensaje emitido con los votos sería el de que dejaran de simular y afronten la realidad tal cual es: plural, diversa y sin que nadie posea la verdad en exclusiva. Que se comporten con un poquito de humildad, dialoguen, cedan, pacten y acuerden un Gobierno estable, eficaz y duradero. Por el bien del país, que para eso se presentaron a las elecciones sin que nadie los obligara, señorías.