Revista Opinión

Política desde el púlpito

Publicado el 07 noviembre 2010 por Javiermadrazo

Benedicto XVI aseguró ayer a un grupo de periodistas, que le acompañaban en el avión en el que el pontifice se desplazó de Roma a  Santiago de Compostela, que España necesita una “reevangelización” y alertó sobre los riesgos de la laicidad que, en su opinión, se remontan a la II República. No soy quien para dar lecciones a nadie pero, como cristiano y miembro de comunidades de base en el seno de la Iglesia, creo que quien necesita de verdad una reevangelización es el propio Benedicto XVI. El Vaticano tiene que estar con los más pobres, denunciando el capitalismo salvaje y las tropelías del mercado,  y no con los ricos,  defendiendo un modelo de desarrollo injusto e insolidario, que no garantiza la equidad.

La Iglesia pierde fieless día a día porque la jerarquía eclesiástica vive alejada de la realidad social, está cerrada a la participación de los creyentes, niega la transparencia en sus actuaciones, rechaza la plena participación de la mujer y no acepta la discrepancia legítima en sus filas. El Vaticano es una jaula de oro en la que los pontifices ejercen de jefes de Estado, preservando derechos y privilegios que atentan contra la ética y la moral, que sí emanan del Evangelio de Jesús.  La Iglesia no debe estar con el poder sino con las personas. Benedicto XVI tiene que  releer los evangelios, pero debe hacerlo desde el prisma y el compromiso humano que impregnan la Teología de la Liberación.  No hay otra camino. Mantenerse en su torre de marfil sólo conduce a la pérdida de credibilidad y legitimidad de una institución que debe renovarse sino quiere perder su genuina identidad y alejarse de su misión.  Condenar la II República  ha sido un error, pero no ha sido casual. La jerarquía eclesiástica  apoyó el alzamiento fascista y fue el mejor aliado de Franco.  Sólo por ello Benedicto XVI habría de pedir perdón.   

http://blogs.publico.es/buzondevoz/369/politicos-y-sotanas/

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