Revista Salud y Bienestar

Politica, elecciones y niños

Por Pedsocial @Pedsocial

Politica, elecciones y niñosLa Pediatría social entiende de todo lo que, con raíces sociales, afecta la salud de los niños. La política es una ciencia social y su ejercicio es un determinante de las acciones que influyen en la protección y la asistencia a la salud.

Los profesionales de la asistencia a la salud infantil procuran mantenerse alejados de la política y sus miserias, que no son pocas y, a la vez, respetar las diferentes opciones políticas, principalmente por higiene mental. La política se ejerce desde diferentes niveles, desde el superior internacional, hasta el más próximo que puede ser el municipal o, quizá, la de las instituciones, pasando por la política de los estados o las comunidades.

Desde aquí nos mantenemos en la creencia, un tiempo expresada por Georges Clemenceau con referencia a la guerra y los militares, de que la política es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos. Y más cuando se ha tenido la oportunidad de ver los que son y lo que pretenden los políticos que se presentan a las elecciones.

El próximo domingo, día 10 de noviembre, se celebran elecciones al Parlamento del estado español, el Congreso de los Diputados y el Senado, que aquí se llaman “Las Cortes”. Por ese motivo tienen lugar varios debates en las televisiones de los líderes de los partidos que se presentan a las elecciones. La televisión es el medio de comunicación más generalizado y a través del cual en los últimos sesenta años se ha centrado la propaganda política. Desde los legendarios debates de Richard Nixon y John Kennedy durante las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos en 1960 que, en su día fue considerado decisivo, los políticos se han esforzado en intentar ganar adeptos en debates televisivos. El estado español tiene una experiencia democrática más breve y una fragmentación de opciones hace que los debates sean entre cuatro, cinco, seis o siete participantes.

La actual situación política española se encuentra en medio de una larga crisis, pues en los últimos tres años estas son las cuartas elecciones, las segundas este mismo año, que se celebran ante la incapacidad de formar gobiernos estables. Tal puede justificar que los debates televisivos tengan más de circo mediático que de propuestas políticas y que las actuaciones de los participantes alcancen altas cotas de ridiculez o histrionismo.

La constatación de esta realidad no es una crítica ni una demostración de desencanto con la política, actividad social muy respetable y trascendente. Es una contemplación desesperanzada de la incompetencia y sectarismo de los políticos, de estos políticos en concreto. Diluido en actitudes de confrontación personal de bajo nivel no hay forma de distinguir ni una sola propuesta o proyecto que puede anunciar alguna dedicación a la salud y bienestar de la gente y, aún menos, de los niños que como desde aquí siempre defendemos son los depositarios del futuro de nuestras sociedades. Profundizando en los programas electorales, las referencias a la protección a la infancia, la salud o el bienestar infantil son inexistentes o de expresión mínima.

Este tipo de situaciones deben estimular a los profesionales de la asistencia infantil a participar de una forma activa en la política desde donde quiera que se encuentren. Individual o colectivamente y desde la opción política que les sea más próxima. Y sin perder de vista la influencia que se pueda ejercer directamente con el voto o sobre la decisión de quienes nos sean próximos. O desde los medios a los que se pueda tener alcance. Al final, las decisiones que afecten la salud de los niños las tenemos que promover desde abajo y entre todos.

X. Allué (Editor)


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