Uno de los temas preferidos por la población usuaria del metro es la política. Sin importar la línea que tomes, la hora o el día, incluso, sin importar el tema, todos y absolutamente todos terminan cayendo en la política.
Hay quienes hablan de personajes reconocidos del gobierno como si fuesen sus amigos incondicionales y dejan sembrados rumores en extraños como secretos de confesión. Otros se dedican a culpar de los males del sistema y del país al gobierno y, otros tantos a la oposición. En fin, sea cual sea su tendencia, terminan hablando de política y amoldan sus cuentos de acuerdo a la situación presentada.
Por ejemplo, hace unos días escuché como un señor con voz casi que de espía, señalaba que Maduro tiene una isla comprada. “Que te lo digo yo que mi sobrino es amigo del edecán del Presidente”, decía para darle peso a su comentario. Supuestamente Nicolás huirá para esa isla del Caribe cuando lleguen los gringos por su cabeza, junto con la primera dama y unos cuantos amigos del gobierno. Tal vez Maduro sea el nuevo presidente de la isla y su tren ejecutivo los hermanos Rodríguez, Aristóbulo, Padrino López (porque tiene que haber un ministro de Defensa) y, quizás, Diosdado.
Esas conversaciones, aunque formen parte del realismo garcíamarquiano, suelen entretener a más de uno que pone cara de asombro ante tales revelaciones. También hay quien las asume como ciertas y las repiten en otros escenarios, defendiendo su tesis a capa y espada.
Los adversarios a la oposición, tienen cuentos como que Ramos Allup y Julio Borges están emparentados y por problemas de dinero y negocios, se echan cuchillo de manera descarnizada. O que Henry Falcón es un borracho que hay que sacarlo cargado de los restaurantes de lujo donde ingiere licor todos los días. O que -el más reciente que escuché-, María Corina Machado tenía un romance tórrido con Henrique Capriles, a pesar de saber que éste era homosexual.
Los podemos llamar rumores de pasillo, también acuñar el término de moda feak news, lo cierto es que el imaginario popular del venezolano supera cualquier ficción de Arthur Clark o Isaac Asimov; pero de que son entretenidos, lo son. Sin embargo, me pregunto, ¿será que algún día podremos terminar hablando de política en serio?