Política, mentiras y votos

El presidente Zapatero y el lehendakari López pidieron ayer el voto socialista y progresista en el Estado y en Euskadi para hacer frente, según sus palabras, a la derecha y a los recortes sociales.  Todo un alarde de hipocresía y cinismo que, sin embargo, cala en una sociedad en la que hemos dejado de pensar y funcionamos con falsos estereotipos y mensajes manipulados.  Zapatero ha sido en estos dos últimos años el mejor representante de la derecha económica y social. Ha aprobado la reforma laboral, el abaratamiento del despido, ha consagrado la precariedad, ha retrasado la edad de jubilación a los 67 años y ha reducido el gasto social hasta dar por muerto el llamado estado del bienestar. Es cierto que ha tenido la ayuda del PNV y el benepláctio del PP, pero su política no ha sido distinta a la que hubiera llevado a cabo Mariano Rajoy en La Moncloa. No olvidemos que el Fondo Monetario Internacional, nada sospechoso de socialista o veleidades de izqueirda, ha aplaudido todas y cada una de las iniciativas de Zapatero. No me sorprende que el PSOE mienta y engañe en campaña electoral, pero si me sorprende, en cambio, que la sociedad le crea después de lo que hemos visto y padecido estos dos últimos años.  En ocasiones, creo que tenemos lo que nos merecemos. PSOE y PP, con la complicidad de PNV y CiU, seguirán adelante, allá donde gobiernen juntos o separados, metiendo la tijera en el gasto social y reduciendo a cenizas los derechos laborales. Seguro que si conociéramos los planes y propuestas que guardan ya en el cajón, esperando su turno para jodernos aún más la vida, más de uno y de una cambiaría su voto y miraría a Izquierda Unida.  Lástima porque entonces será tarde.