La caída de Mariano Rajoy y llegada de un tumulto de distintos intereses con Pedro Sánchez augura cambios en las relaciones familiares de los españoles politizados si extrapolamos de EE.UU. a España los resultados una investigación sobre la influencia de las campañas políticas de las distintas ideologías entre personas muy cercanas.
Acaba de publicarla la revista Science tras una exploración de las universidades de California en Los Ángeles (UCLA) y de Seattle, Estado de Washington, que estudiaron esas relaciones en días de conmemoraciones familiares con un sistema basado en la localización de teléfonos móviles según las áreas de dominio demócrata o republicano.
Se investigaron los movimientos de diez millones de teléfonos en el Día de Acción de Gracias de noviembre, que es cuando las familias se reúnen alrededor del pavo que recuerda a los primeros ingleses de Plymouth, Massachusetts, a los que, tras su primera cosecha, los indios Wampanoag les regalaron esa ave.
Con un número tan gigantesco de teléfonos, conociendo solamente de dónde salían y a dónde llegaban, cruzándolo con datos electorales de las zonas que apoyaron a Donald Trump y a Hillary Clinton en 2016, por fin ahora saben que cuando las ideologías de unos y otros coincidían la tradicional cena duraba de media 4 horas y 42 minutos, mientras que las de ideologías dispares eran una hora más cortas.
Pero más cortas aún eran las de familias muy motivadas políticamente por influencia de la propaganda electoral: 3 horas y 11 minutos.
En España estamos viendo estas situaciones, por ejemplo, en las familias catalanas, y ahora seguramente veremos crecer el malestar de muchos simpatizantes del futuro gobierno con sus propios aliados, y que dada la composición de sus apoyos podría llevar al país a un cambio de modelo de Estado, y de todos ellos con quienes les son contrarios.
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SALAS
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OTRAS COSAS QUE TRAEN LOS ALIADOS DE PEDRO SÁNCHEZ, COMO ÉL MISMO Y PABLO MANUEL E IRENE