Existe un acoso feroz al cristianismo y en especial al catolicismo, que viene de antiguo pero que ahora se muestra en toda su virulencia. En otras épocas existía, pero como la mayor parte de la sociedad era católica, los atacantes no tenían mucho que hacer. Actualmente la sociedad española es agnóstica, en el sentido que la mayoría se declaran católicos pero van a la iglesia sólo en los actos sociales. ---
El mayor problema es el aparente rechazo social hacia la religión y digo aparente porque la mayoría de la gente no se interesa por el tema. Son determinados grupos, con amplio eco en los medios, los que definen la situación. Y llevamos desde la Transición en este plan, ayudado por unos católicos que no se enteran de nada, empezando por sus dirigentes. Se sigue pensando que estamos en el nacionalcatolicsmo cuando en realidad estamos en una situación de persecución.
El principal ataque viene del marxismo cultural, que es único que queda y la idea se mantiene sin evolución, porque es cierto que funciona. Es simple y directa: “Los curas tienen mucho dinero mientras la gente se muere de hambre. No hay más que ver el lujo de las iglesias y de las procesiones.” Y claro todo el mundo entiende que esos bienes de lujo deben servir para dar de comer al hambriento. Y esto es especialmente claro cuando no tienes otras fuentes de información que presenten otros puntos de vista.
Si a la información de una sola fuente unimos la poca edad, nos encontramos con las universidades llenas de marxistas, aunque en realidad se limiten a repetir las cuatro consignas sin comprometerse a más. Porque el marxismo tampoco ofrece nada, salvo unas consignas vacías que son muy fáciles de rebatir, pero que, curiosamente, nadie rebate, ni siquiera durante el franquismo, cuando los marxistas dominaban la universidad. Luego pasa el tiempo, se madura y se obtiene información de otras fuentes y las veleidades marxistas se atemperan o desaparecen.
Con los años, se comprende que los curas no son tan malos como nos dijeron y que eso de dar de comer a los pobres está bien y de hecho lo hacen pero que no se puede utilizar el patrimonio para esto, porque en primer lugar el patrimonio no es de ellos, es de la gente que lo donó y que si hay un patrimonio tan enorme es porque son muchos siglos de donaciones y que la mayor parte son obras de arte que tampoco se pueden vender. De modo que la gente alcanza la indiferencia con el paso de los años.
La pregunta es ¿por qué el marxismo, que es incapaz de construir nada, ni siquiera de tener una idea que ayude a la gente, se molesta tanto en atacar a un grupo cada vez menos numeroso? Porque los católicos están disminuyendo a una velocidad de vértigo y si ahora hay como un veinte por ciento de practicantes, dentro de veinte años, serán menos del quince y sin la menor influencia política.
Se han dado muchas explicaciones de todo tipo, pero yo veo dos muy simples. La primera es, como han señalado muchos, que cada domingo se reúnen muchas más personas que lo que puede soñar cualquier líder político para un mitin y que aún siendo un diez por ciento de la población, es mucho más que los afiliados de cualquier partido.
La segunda tiene que ver con la libertad, idea nefasta para el marxismo. Y lo más simple es que cualquier persona puede abandonar la práctica religiosa cuando le apetezca, sin dar explicaciones. ¿Qué pasaría si los afiliados al partido pudieran irse cuando quisieran? El régimen marxista se derrumbaría. El cristianismo en general, al establecer la libertad personal como esencial, ataca directamente los fundamentos del marxismo, que aspira a ser el sustituto de la religión, para guiar al pueblo desde la cuna a la tumba y mientras haya una religión, eso no es posible.
Lo más curioso de todo es que nadie de los que creen en la libertad, sea religioso o político, ha sido capaz de elaborar una doctrina filosófica que derrote al marxismo. Cierto que este dispone de los medios a su favor y son muy buenos con la propaganda, pero es que sus ideas no aportan nada, por eso son tan rebatibles. Pero ahí llevan estas ideas más de cien años y el marxismo cultural casi un siglo y nadie ha conseguido siquiera generar la duda.
vanlop