Política zombi

Político zombi después de cuatro hora de debate.  El maquillaje se diluye y comienza a decir incoherencias.

Si hay políticos corruptos, lógicamente tenemos una política zombi. Si no recuerdan las promesas electorales, son zombis. Si el programa político es irrealizable, son zombis. Si asisten a debates políticos donde de despedazan, son zombis.
Si realizan comentarios descerebrados, son zombis. Si acatan las normas de su partido sin discusión, son zombis. Si las normativas de la UE tampoco admiten discusión, son zombis.
Si Donald Trump les parece apetecible, son zombis. Si una política de recortes la ven suculenta, son zombis. Si la llamada brecha social les parece cada vez más jugosa, son zombis. Si en los mítines intentan comerte el coco, son zombis.

Es difícil darse cuenta, ya que suelen ir maquillados en público para disimular sus corrupciones. Su habla suele ser reposada, pero si el discurso se alarga en exceso pierden la voz, esta se hace más gutural y al final sólo gruñen y dicen incoherencias.
En esta situación, el ciudadano puede ser mordido y convertido en zombi o directamente devorado. Si te acercas a saludar y a dar la mano, te la pueden arrancar. Si es un beso en la mejilla, peligra tu yugular. Si es un abrazo… perderás los dos brazos.
La política zombi ha llegado para no pensar, para seguirla sin discusión, para olvidar la crítica y la manifestación. Es difícil sobrevivir a la invasión zombi y si lo haces vivirás siempre en precario. Puestos así, casi mejor que te muerdan o te devoren.
CITAS ZOMBI:
– “Es el mayor cabrón que he conocido nunca. Dale a comer un voto y cagará un decreto”.
– “¡Tío, tú partido se ha comido al mío!”.
– “Tu no eres zombi, lo que eres es un descerebrado”.
– “Lo mejor del debate, fue cuando se comieron a los tertulianos”.
– “No son sexistas, comen por igual miembros y miembras”.