Estoy realmente preocupada. Tengo que decidir:
A- La sociedad actual no está hecha para mí.
B- Yo no estoy hecha para la sociedad actual.
Si la respuesta es A ó B lo tengo igual de complicado porque la máquina del tiempo todavía no está patentada y a mí el bricolaje se me da bien, pero no tanto.
Alternativas posibles:
Meterme en casa y no volver a hablar con nadie y hacerme ermitaña, el problema es que me apasiona hablar y relacionarme con mis congéneres así que también lo tengo complicado.
Que haya una plaga de estupidez aguda que se va convirtiendo en crónica y hace que las personas digamos auténticas bobadas de la manera más normal y no seamos conscientes de ello.
Que yo tenga cara de que me gusta mucho que me vacilen y la gente, que es muy amable, lo haga para que yo me quede a gusto.
¿Y porque les cuento todo esto?
Ayer llegó una carta a mi casa de la oficina de Empleo diciéndome que me tenía que presentar a la oficina de mi centro urbano más cercano a las Oficinas de Orientación Profesional para el Empleo y el Autoempleo para una sesión de Políticas Activas de búsqueda de Empleo. (sic)
Debo decir que dichas oficinas están a 10 Km de mi casa así que bajar en coche no me supone ningún esfuerzo, como no sea la gasolina que consume en bajar y subir, pero si tuviera que bajar en autobús, el precio del billete es de 1.10€ por trayecto ó sea 2.20€ para cumplir el trámite.
No iba con grandes expectativas pero sí con curiosidad de ver que ideas ó sugerencias podría poner en práctica a partir de aquella entrevista.
Llego a las oficinas y me recibe una mujer de mediana edad, un poco más joven que yo. Calculo que unos 47/50 años. Muy amable y con una amplia sonrisa me pide que me siente.
-Bueno querida, cuéntame cómo fue tu despido.
Yo me quedo un poco descolocada. Pero le comento que no hay nada que comentar.
Que mi despido fue por motivos económicos que me pidieron todo tipo de disculpas por ello, que me ofrecieron las mejores cartas de recomendación que necesitara y que no dudara en decirles a mis futuros empleadores que llamaran para pedir informes míos. Que yo no había creído ni una sola de estas buenas palabras pero que como no había nada que hacer era mejor salir con una sonrisa que a bofetadas, porque no iba a ganar nada con ello.
-Bueno pero eso tienes que metabolizarlo de manera positiva, no debe de quedar rencor en tu corazón.
Empiezo a poner cara de acelga y a pensar ¡jooooder!
El consorte lo niega tajantemente, pero creedme, yo voy al supermercado y hay 1000 cajas abiertas todas y cada una con sus cajeras rápidas y eficientes y ¡ZAS! Yo me pongo en la caja de la lenta/tonta. No falla.
-No, no te preocupes si mi corazón no tiene rencor, entre otras cosas porque es algo que se sale de mis competencias, no puedo evitar que alguien, por los motivos que sean, quiera prescindir de mis servicios. Está en su derecho. Mientras cumpla con la ley y me pague lo que me corresponde como fue el caso, nada que objetar.
-Pues, amiga me alegro mucho. Ahora tienes que concentrarte en conseguir el equilibrio entre tu yo y tu entorno.
-Ya, ¿pero sabes qué? Que yo he venido aquí porque me habéis mandado una carta, no sé si tu, el INEM ó quién para una sesión de “Políticas activas de búsquedas de empleo” y claro si no vengo, podréis decir que he rechazado formación, asesoramiento ó quién sabe qué y quitarme la prestación, así que te agradecería que nos centráramos en el tema, que mi equilibrio mental ya me lo procuro yo.
-Ves a eso es a lo que me refiero. Tienes que metabolizar tu ira en positivo.
Inmediatamente se me vienen a la mente la imagen de esta película
Así que me digo: Espera, espera que aquí la moza está como las maracas de Machín y todavía hace un informe ó vaya usted a saber qué y la jodemos.
-Claro, claro lo mejor es ser positivo y descartar la negatividad de nuestras vidas.
Y a partir de ese momento la tía me empieza a soltar una conferencia de Reiki (¿¡!? les pongo el link pero no me hago responsable ¿Ehhh?) y yo ya a punto de sacar las palomitas y la Coca cola, que diría mi amigo Víctor, porque no daba crédito.
Me contó lo fatal que había quedado después de su divorció que la sumió en una horrible depresión y que después de estar de baja más de seis meses totalmente medicada, una amiga que también lo había pasado muy mal pero ella por la muerte de su madre, le había recomendado esta técnica alternativa que había logrado maravillas en ella y que era una mujer nueva y no paraba de hablar y cantar las alabanzas de lo bien que se encontraba y yo temiendo que en un momento se liara a cantar y bailar por la oficina..
Y yo pensando, si al final el que tiene razón es el niño.
-¡Pero madre, si es que les das cuerda a todos los pirados que te encuentras!
Así que al final de la sesión, llegué a la conclusión de que me tengo que buscar las castañas y que la mejor política activa para la búsqueda de empleo va a ser “La piña feliz”.