Trece exdiputados socialistas de la Comunidad de Madrid que perdieron su escaño en la Asamblea regional o que su partido no colocó en las listas electorales del pasado mayo van a presentar una demanda por no haber cobrado una subida de sueldo que ellos mismos se habían asignado, pero que quedó sin ratificar.
Pobres políticos que perdieron sus escaños el 22 de mayo, en las elecciones municipales y autonómicas, y el 20 de noviembre en la generales: muchos no tenían otro oficio que la política, y ahora no pueden conseguir un trabajo decente.
Los de la Asamblea madrileña solicitan un sobresueldo que se habían asignado los partidos regionales –por entonces UPyD no existía--, y que los igualaba a los diputados nacionales.
Pero que no se publicó en el Boletín de la Comunidad porque Esperanza Aguirre temió que crearía gran indignación ciudadana.
Como estos de Madrid hay en España miles de concejales, alcaldes y diputados autonómicos, principalmente del PSOE, que recibirán solamente el desempleo.
En el Parlamento nacional es otra cosa: el PP consiguió colocar a 186 diputados, 32 más que los que tenía antes del 20N, mientras que el PSOE perdía 59 que, quiérase o no, son 59 familias, muchas de las cuales tienen un futuro muy difícil, a pesar de que seguirán cobrando durante un par de años. Después, al desempleo.
En el Parlamento madrileño, donde no existe ese colchón, el PP obtuvo 72 escaños, 5 más que antes, el PSOE perdió 6 de los 42 que tenía, IU llegó a 13 desde 11, y UPyD apareció de nuevas, con 8.
El PSOE ha caído estrepitosamente en todas partes y sus expolíticos, muchos de ellos de baja formación profesional, tienen que pleitear por conseguir unas astillas que les permitan sobrevivir unos meses.
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SALAS.
Pues ya las ganó