Rajoy quiere ahora reducir el número de aforados y reformar la ley para que las ciudades sean gobernadas por los partidos mas votados. Dice que lo hace para regenerar la democracia, pero es de nuevo una mentira. Lo hace porque su partido está en declive y es el peor situado para formar alianzas, lo que le hará perder el gobierno de ciudades muy importantes, entre ellas Madrid. No hay regeneración de la democracia detrás del planteamiento, sino asegurar el pezón del Estado para los amigos y afiliados del partido. ---
Si fuera verdad que quieren regenerar la democracia, eliminarían la odiada financiación pública de los partidos políticos, que se nutren obscenamente del dinero de los impuestos, dejarían de nombrar jueces y magistrados desde los partidos políticos para garantizar la independencia de la Justicia, declararían a los partidos políticos responsables subsidiarios de los delitos de sus cargos públicos, eliminarían la odiosa impunidad de los políticos y reformarían la ley electoral para que cada voto tengo el mismo valor en cualquier territorio de España.
Por desgracia, toda reforma que proceda de la "casta" tiene truco y, aunque parezca lo contrario, nunca irá contra los intereses de la casta, sino contra los de los ciudadanos. Es lo lógico en un mundo corrupto y con el timón en manos de un Estado de Desecho, como es España.
Los dos grandes partidos están en caída libre porque los españoles han perdido la confianza en ellos. Eso implica que perderán muchos votos en las próximas elecciones y que es muy difícil que obtengan las mayorías absolutas que les permitan gobernar. La opción a que gobierne la lista mas votada perjudica a los pequeños partidos emergentes y beneficia a los grandes, sobre todo al PP, un partido rechazado por los demás que tiene grandes dificultades para formar alianzas.
En cuanto a reducir el número de aforados es casi una medida ineludible ante el escándalo internacional que se deriva del lamentable y antidemocrático hecho de que España, con 10.000 aforados, tenga mas que el resto de Europa junta y que la totalidad de las democracias avanzadas de todo el mundo.
Los aforamientos que se suprimirían serían los llamados "periféricos" y nunca afectarían al núcleo protegido por el sistema, que son los altos cargos gobernantes en el gobierno central y en los autonómicos y todos los diputados y senadores. El resto podría ser sacrificado de manera selectiva para calmar la ira popular, que descubre cada día un truco mas, una nueva mentira o una desverguënza que refleja el carácter profundamente antidemocrático del sistema político español.