Revista Economía

Politicos fake.

Publicado el 31 marzo 2018 por Torrens

Las noticias falsas -fake news- son ya de lo más corriente en todos los medios de comunicación, pero no creo que haya en el mundo muchos países, partidos y periodistas que las utilicen con más frecuencia e intensidad que en España el PP y su caverna mediática, en especial en lo referido a Catalunya.

No es que digan o publiquen falsedades, es que lo difícil es localizar algo que se parezca a la realidad, a lo que se une un cinismo y desfachatez infinitas, de lo que puedo poner dos ejemplos recientes, uno cuando hace dos días el ministro Zoido habló de la violencia del independentismo catalán, es decir un tipo que no ha reconocido la violencia policial del 1-O que se vio en todo el mundo, criticando una violencia inventada que solo existe en sus retorcidas mentes, y otro a Sáez Santamaría aconsejando al Parlament debatir y solucionar el gravísimo problema del adoctrinamiento de TV3 pocos días después de que incluso los propios empleados de TVE denunciaran la enorme manipulación de la realidad descaradamente practicada por sus servicios informativos.

El invento de la violencia independentista en Catalunya debe ser de los fake news más espeluznantes, ridículos y bochornosos del mundo, que no solo demuestra la inmensa deshonestidad de quienes se lo inventan, también demuestra suma estupidez tanto de los inventores como de los muchos que se lo creen. Todas estas “cualidades” estaban concentradas en un artículo de El Mundo en que se informaba que la Guardia Civil había presentado al Tribunal Supremo un informe en que se documentan 315 casos de violencia extrema relacionados con el Procés que se produjeron entre el 1 de septiembre y el 8 de noviembre pasados, de los cuales más de la mitad se referían a cortes de tráfico y ocupación de vías férreas, que pueden ser calificadas como barbaridades pero que no implican violencia. La Guardia Civil no cumple con su función de presentar hechos al Juez para que él decida cuales son indicios de delito y cuales no lo son, sino que se dedica exclusivamente a buscar lo que es incriminatorio para el independentismo ignorando todo lo mucho que prueba que no hubo violencia e inventándose pruebas acusatorias donde no las hay. Lo más patético de la falsa lista es que en uno de los actos más violentos que se describen en ella un fiero independentista agrede salvajemente un pobrecito policía en la población de Sant Esteve de les Roures que debe estar en otra Catalunya porque en esta no existe.

La obsesión y estupidez de quienes han decidido solucionar el problema catalán reventándolo todo es de tal nivel que ya ni se preocupan de que la mentira tenga ni tan solo un ligero rastro de veracidad y en Antena 3 aparecen imágenes de una violentísima manifestación supuestamente en Catalunya con policías que no son los Mossos ni cualquier cuerpo policial español, que usan tanquetas con chorros de líquido a presión que en España no se utilizan, y con música de fondo porque si se oyese algún comentario sería en el idioma turco del lugar donde realmente ocurrió. En TVE se muestran unos catalanes independentistas que intentan incendiar un autobús, aunque nadie aclare la razón por la que lo están haciendo en México. Incluso al juez Llarena le preocupa muy poco el que lo que dice tenga o no sentido, y en su última interlocutoria para mandar a los últimos cinco presos políticos a la cárcel se refiere a la “capacidad intimidatoria” de una manifestación pacífica como prueba de acciones violentas y menciona a los pocos policías heridos levemente en las cargas de 1-O pero no se refiere en absoluto a los 1.000 heridos, algunos de gravedad, entre los manifestantes.

Son muchos los españoles que se creen estas difamaciones y lo demuestran votando a PP y/o Ciudadanos, lo que, visto lo tosco de las mentiras, demostraría un considerable nivel de estupidez, aunque no creo que hayan tantos estúpidos en España, pero lo que si hay son muchos españoles que siendo conscientes de la inmensa y repetida mentira la aceptan de buen grado por aquello de que todo vale contra Catalunya. Esta es la profunda razón de base por la que en Madrid nunca se ha intentado realmente solucionar el problema, porque su existencia y constante crecimiento aporta un volumen ganador de votos a los partidos que más provecho le sacan a la catalanofobia, e incluso están a punto de provocar que C’ supere al PP en estimación de votos por haber demostrado un franquismo mucho más genuino que el del PP en relación con Catalunya porque si hay algo claro en la política de este país es que Alberto Ribera sería capaz de aceptar el secar los océanos si la barbaridad le proporcionase votos suficientes para ganar unas elecciones.

El neofranquismo pretende que España es un país europeo con una democracia avanzada cuando la realidad es que tiene rasgos que no son de república bananera pero si son claramente de reino bananero. En ningún país realmente serio y democrático hubiese ocurrido algo como la Operación Cataluña del ex ministro Fernández Díaz, o que uno de los principales cuerpos policiales aportase pruebas que claramente son falsas o inconsistentes a un juez, sin que en ningún caso ocurriese nada de nada.

Claro que no solo el PP se dedica a difamar sobre la violencia independentista. El portavoz del PSOE José Luis Abalos soltó hace unos días un sonoro rebuzno afirmando que los del CDR son el “germen de la kale borroka”. Hace tiempo que pienso que todas estas mentiras, insultos, difamaciones y la negativa al más mínimo diálogo y negociación para intentar solucionar el problema catalán, aparte la manía de los partidos estatales de hacer siempre lo posible para empeorar el problema en vez de solucionarlo porque haciéndolo cosechan votos, se deben también a que no tienen ni idea de cómo actuar frente a posturas pacíficas y abiertas, y todo y que con ETA fracasaron estrepitosamente porque fue de largo el terrorismo europeo que tardó más en cesar su actividad, se encontraban mucho más cómodos contra ETA que contra Puigdemont.

El que las news sean fake no es el problema, pero si lo es que los fake, es decir falsos, son los políticos que las utilizan de forma tan corrupta, abyecta e imperdonable.


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