Estoy alucinando un poco con las reacciones que veo / leo en todos los medios acerca de ciertas actividades un tanto violentas de personas que trataban de impedir el acceso de políticos al parlamento catalán. No termino de creerme cómo todos esos medios aprovechan la más mínima excusa para demonizar el movimiento 15M.
Vale que la "no violencia" es una de las esencias que han hecho triunfar este tipo de movimientos y que les han granjeado mayores apoyos. Es cierto. También es cierto que, como todos sabemos y como he defendido varias veces en este blog, intentar resolver los problemas de manera violenta no hace más que generar nuevos problemas, cada vez mayores. La diferencia entre Túnez o Egipto y Siria o Libia está clara y creo que es un buen ejemplo a tener presente.
Pero no es menos cierto que la actitud de nuestras clases dirigentes, ora paternalistas, ora indiferentes, ora beligerantes (dialécticamente al menos) con las demandas de la mayoría de la sociedad puede llegar a cabrear. Especialmente a los más desesperados (esos que son continuamente denostados en muchas TVs y periódicos). La indignación y la protesta pacífica es una situación perfecta... en la que se estará un tiempo, pero que, si no se avanza, se tornará menos perfecta.
Y pongamos las cosas en contexto, por favor. Bloquear la entrada de los políticos al parlamento catalán, pacíficamente, no me parece mal. Por un lado, para lo que hacen, casi mejor que se queden en casa y ahorramos costes. Por otro, cuando hay una huelga de Metro, por ejemplo, yo no puedo utilizar ese servicio para llegar a mi trabajo y tengo que buscarme la vida... También es cierto que, siendo sarcásticos, para un día que van todos al parlamento, que no les dejen entrar debe de frustrarles.
El hecho de haber pateado el coche oficial de Atur Mas, efectivamente, ya roza el límite de lo admisible. Lo mismo su seguro no estaba a todo riesgo y ahora nos toca pagar a todos los abollones (él no lo pagará, seguro). No ha habido heridos, ni daños personales o materiales significativos... y, después de todo, el President hizo una exhibición de fuerza al entrar al parlamento ¡en helicóptero! El mensaje no puede ser más claro: estoy por encima de vosotros (literalmente). ¿Se habrá pagado él el helicóptero? Porque cuando una huelga me impide llegar a mi trabajo en transporte público y tengo que utilizar mi coche, la gasolina me la pago yo...
Parece que la condescendencia con que han sido tratados hasta ahora los llamados "indignados" tiene un límite... la paciencia de nuestros políticos tiene un límite... mientras se queden acampados por ahí, molestando pero poco, vale... pero si se meten directamente con ellos, está claro que soltarán a sus perros y habrá leña. Habrá leña.
Porque me temo que los avariciosos banqueros, los ineptos directivos y los corruptos políticos han abierto la caja de Pandora. Así que ahora no vale quejarse si a alguno le patean el coche... porque otra cosa les deberíamos de estar pateando.