Revista Opinión

Políticos: os toca estar a la altura

Publicado el 15 marzo 2020 por Alba Chaparro @Alba_Chaparro

Ayer vivimos uno de los momentos más emotivos de los últimos años, al menos que yo recuerde: la ciudadanía, con la movilidad cercenada para tratar de frenar la expansión del coronavirus, salió a las ventanas a aplaudir por todas esas personas que están luchando frontalmente contra la pandemia, en especial el personal sanitario. A mí -y me consta que no fui la única- se me saltaron las lágrimas.

Me emocioné desde la consciencia de que actos así son de sumo valor simbólico, pero poco más; porque, a efectos prácticos, lo único realmente eficaz que podemos hacer los ciudadanos es quedarnos en casa (y, en un futuro, luchar por una sanidad pública y de calidad que, a la vista está, es tan necesaria). A quienes les toca actuar realmente, en cuyas manos están nuestras vidas y nuestro futuro, es a los políticos, y todos los españoles necesitamos que reméis en la misma dirección.

La situación en España ha cambiado en apenas una semana. Las leves medidas de contención adoptadas hasta la semana pasada han sido claramente insuficientes: hemos pasado de 589 contagios y 5 muertes el día 8 de marzo, a 6.393 contagios y 196 muertes a 14 de marzo. Las cifras hablan solas: en menos de una semana los infectados se han multiplicado por 10 y los decesos por 40. Permitir las manifestaciones del 8-M ( secundadas por todos los partidos políticos excepto Vox) fue un error, permitir el acto de Vox en Vistalegre fue un error (ellos tuvieron su particular 8-M), permitir los eventos deportivos fue un error, mantener los espacios abiertos donde se congrega la gente fue un error... Y de estos desaciertos ningún partido político se exime, así que no hagáis política de las equivocaciones compartidas. Os toca mirar hacia delante. Y a nosotros, los ciudadanos, también, porque el que no fue a la manifestación se fue de cañas, o al parque con los niños, o a ver el fútbol, o al centro comercial, o al pueblo... Pocos son los que llevan en cuarentena voluntaria más de cuatro días.

De nada sirve ya, o al menos de momento, entrar en el juego del reproche de lo que se hizo hasta ahora. Ya habrá tiempo de depurar responsabilidades cuando esta crisis se pase, pero ahora nos necesitamos unidos y nos necesitamos responsables.

No necesitamos un líder de la oposición que aproveche cualquier comparecencia para criticar al Gobierno o vaticinar las medidas [recortes] que necesitará la incipiente crisis económica: hace falta responsabilidad de Estado.

No necesitamos un vicepresidente del Gobierno carente de ejemplaridad: la cuarentena ha de significar cuarentena. Para todos.

No necesitamos unos partidos independentistas que politicen la pandemia para justificar la subversión: el Estado Español requiere unidad de acción.

No necesitamos personalidades políticas que sigan alentando al odio: como dijo Alphonse Daudet, "el odio es la cólera de los débiles", y ahora tenemos que mantenernos fuertes.

No necesitamos un Gobierno vacilante en su actuación: al virus se le combate con la paralización cuasi total del país, así que no esperemos al colapso y adelantémonos. Si exigimos unidad, que sea para tomar las decisiones correctas.

Los expertos estiman que en una semana estaremos en la misma situación que Italia. Cuando comenzó el brote, la distancia era de 4 semanas, lo que significa que el COVID-19 avanza más rápido que nuestras respuestas. Ayer La Pedriza se llenó de excursionistas, las terrazas de los bares estaban abarrotadas, los parques tuvieron que ser cerrados debido a la saturación; es decir, los españoles somos idiotas y no sabemos el significado de quedarse en casa.

Quizás yo no entendí correctamente el significado del Estado de Alarma, pero se me antojó laxo e insuficiente. ¡HAY QUE PARALIZAR EL PAÍS! Y si con las recomendaciones no somos capaces de entenderlo, habrá que desplegar el poder coactivo del Estado. Hay muchas vidas en juego como para ser irresoluto. Las decisiones de ahora serán orgullo -o deshonra- en el futuro, así que esforcémonos los ciudadanos, y esfuércense los políticos, en alcanzar la dignidad del mañana. Es hora de quedarse en casa por las buenas o por las malas.


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