Cuando se revisa la lista de los antiguos líderes políticos españoles pagados por las compañías eléctricas se concluye que la corrupción en este país no desaparecerá, aunque los jueces enviaran a la cárcel a quienes ahora están en ejercicio.
Porque el poder moral de esos antiguos dirigentes sobre sus compañeros es incalculable. Figuras como Felipe González o José María Aznar, consejeros de empresas eléctricas, sólo con una simple insinuación facilitan la redacción de cualquier reglamento.
Observe la lista no exhaustiva de algunos de estos políticos según varias investigaciones periodísticas, como la de El Semanal Digital, tras los nombres de los dos expresidentes de Gobierno, José María Aznar (Endesa) y Felipe González (Gas Natural):
Ángel Acebes (Iberdrola), Josep Borrell (Abengoa), Miguel Boyer (REE), Pío Cabanillas (Acciona), José Folgado (REE), Manuel Marín (Iberdrola), Marcelino Oreja (Enagás), Ana Palacio (HC Energía), Miquel Roca (Endesa), Elena Salgado (Endesa), Javier Solana (Acciona), Pedro Solbes (Enel-Endesa).
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha sido vinculado con su anterior actividad en Abengoa, y la oposición le ha pedido que explique si esa relación se mantiene ahora.
La presión e influencia de estas personas en favor de las empresas que les pagan podría mover cientos o miles de millones de euros.
Vista así la situación, Luis Bárcenas, el extesorero del PP en prisión provisional por presunta corrupción, parece un pequeño delincuente que consiguió 48 millones de euros que oculta en Suiza llevándose comisiones de numerosas obras.
Pero ni él ni otros así de todos los partidos, aunque a los del PP se les investiguen más ahora, ni los sindicatos de los ERE en Andalucía –y quizás en el resto de España—, son capaces de presionar para introducir modificaciones legales que hagan ganar a las eléctricas esos cientos o miles de millones de euros.
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SALAS
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FELIZ NAVIDAD, Y PERDÓN
Quiero desearle a quienes siguen estas crónicas una hermosa y feliz Navidad seguida de un año 2014 igualmente venturoso.
QuIero pedirle perdón a todos mis amigos por no enviarles correos personales con los mismos deseos: hace pocos días cometí uno de esos errores que teóricamente no deben darse nunca.
Borré dos ordenadores y los discos duros que tenía interconectados, y teóricamente como reserva, al tratar de formatear un nuevo dicso y hacer una lipieza general, "fin de año".
Aunque tenía en la nube casi todo mi trabajo, las direcciones y correos eléctónicos desaparecieron, y de momento no he podido recuperarlos.