Dicen que el mundo está cambiando por la guerra de Ucrania, pero no es verdad. El cambio se debe a la traición de los políticos y sus perros periodistas, militares y jueces, que traicionan la democracia y en lugar de servir al pueblo sirven al poder multimillonario en las sombras. La traición de los políticos al pueblo es la vileza mayor de este siglo XXI y la mayor amenaza para el progreso y la paz del mundo. El sanchismo, en España, es un vergonzoso ejemplo mundial de sometimiento a los dictados del poder mundial que gobierna desde las sombras. Pedro Sánchez no gobierna para beneficio de su pueblo sino para que el poder de los multimillonarios en las sombras, sus verdaderos amos, crezca y se imponga en todo el planeta. —-
Aseguran que el mundo está cambiando por factores como la guerra de Ucrania y el cambio climático, pero no es verdad. El deterioro mundial se debe a la traición de los políticos y de sus perros periodistas, militares y jueces, que traicionan la democracia y en lugar de servir al pueblo sirven al poder multimillonario en las sombras.
Es cierto que los políticos obedecen a los amos del mundo, un contubernio de criminales multimillonarios que han decidido suprimir el pasado y crear un nuevo orden mundial, donde ellos serán los amos y el resto seremos sus esclavos, pero los políticos son los mayores culpables y los gusanos más repugnantes de esa conspiración porque mientras los multimillonarios no tienen deberes ni compromisos con la ciudadanía, los políticos sí los tienen porque han sido votados y elegidos para gobernar con justicia y acierto.
De esa traición al pueblo que los vota y elige emergen suciedades llenas de vileza y culpa, como la corrupción, el estímulo a la pobreza, la injusticia, la violencia, la promoción del odio y la envidia, la división y el avance hacia la esclavitud de los pueblos.
La tesis que sustenta el nuevo orden mundial es que el hombre común no está preparado para gobernar el mundo y que solo algunos poderosos tienen esa preparación. Ellos parten del criterio de que quien ha logrado acumular dinero y poder en el mundo es porque ha demostrado ser superior a los demás.
Aceptar esa tesis significa acabar con la democracia, la libertad individual, los derechos, las religiones y todo lo que estimule la dignidad humana. Es un camino que condena a los ciudadanos del mundo a la esclavitud, que es, según las élites, el paso necesario para que el mundo avance hacia la madurez.
El problema es que cientos de millones de seres humanos pensamos Justo lo contrario y que en ese grupo hay miles de filósofos y pensadores que creemos que la esclavitud es un vil retroceso impuesto por criminales y que solo el ejercicio de la libertad genera más libertad y hace avanzar la civilización.
Aldous Huxley, autor de "Un mundo feliz", ya dijo que “El siglo XXI sería el de los controladores del mundo” y agregó el terrible vaticinio de que esos controladores “no fallarán”.
La siniestra cofradía del Nuevo Orden opina que los antiguos dictadores cayeron porque no supieron dar al hombre suficiente pan, circo y control y que la “dictadura científica” que ellos pretenden imponer con el NOM lograra crear un sistema de educación global, con medios, publicidad y televisión incluidos, que haga posible que las madres deseen la esclavitud para sus hijos y que los esclavos se sientan felices.
Los comunistas, socialistas y las distintas fuerzas de izquierda en todo el mundo están colaborando de manera entusiasta con el poder en las sombras para imponer el mundo de los esclavos, que es el que ellos aman y han pretendido establecer allí donde han triunfado: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Colombia...
Es importante que los españoles, que están a punto de votar en unas elecciones que marcarán su futuro, el 23 de julio, sepan que van a elegir ser gobernados por uno de los dos grandes partidos (PP y PSOE), ambos tristemente sometidos a la élite mundial que aspira a fabricar, desde el poder, el mundo de los esclavos.
Francisco Rubiales