Revista Cine

Poltergeist: Ellos están aquí

Por Fantomas

Poltergeist: Ellos están aquí.

“Poltergeist” (1982), es un film de terror del director Tobe Hooper, el cual está protagonizado por Craig T. Nelson, JoBeth Williams, Beatrice Straight y Heather O´Rourke.
Una joven familia comienza a experimentar sucesos paranormales en su casa. Si bien en un principio los fantasmas parecen inofensivos, con el tiempo la situación se irá tornando más peligrosa, poniendo en riesgo la vida de todos los habitantes de la casa.

Poltergeist: Ellos están aquí.

Existen una serie de proyectos cinematográficos que han sido desarrollados casi por mera casualidad. Este es precisamente el caso de “Poltergeist”, película cuya autoría ha sido por años un tema de discusión entre los aficionados al cine. A mediados de los setenta, el director Tobe Hooper, inspirado por el film de Robert Wise “The Haunting” (1963), comenzó desarrollar algunas ideas que se centraban en el tema de lo sobrenatural. Por otro lado, mientras rodaban “Raiders of the Lost Ark” (1981), el productor Frank Marshall y el director Steven Spielberg comenzaron a discutir la idea de realizar una película que se centrara en el tema de los fantasmas. La intención era que la historia de dicha cinta se aproximara al tema de lo paranormal de la misma forma en que “Close Encounters of the Third Kind” (1977) lo había hecho con el fenómeno de los ovnis. Fue entonces cuando Spielberg contactó a Hooper, y se encontró con la grata sorpresa de que este último también deseaba rodar una historia de fantasmas. En los pocos ratos libres que Spielberg tenía durante el rodaje de “Raiders of the Lost Ark”, este comenzó a escribir el guión de “Poltergeist” utilizando algunas de las ideas de Hooper, quien posteriormente asumiría como director del film.
El guión final sería rápidamente comprado por la MGM, y Spielberg le ofrecería a Hooper el puesto de director del proyecto. La gran polémica reside en el hecho de que durante años, se ha asegurado que fue Spielberg quien en verdad dirigió la cinta desde la silla del productor. Aunque el mismo Hooper se ha encargado de desmentir esto, también ha reconocido que Spielberg estaba participando activamente en el rodaje del film, ya sea diseñando los storyboards o planteando algunas ideas de cómo debía ser tratada la historia. No es secreto para nadie que tanto Frank Marshall como Spielberg querían que la película obtuviera una calificación PG. Esto según Marshall, se debía que bajo su prisma “las historias de fantasmas debían ser apreciadas por todo tipo de público, ya que a todos nos gusta asustarnos. Además, es bastante fácil aterrorizar ocupando un poco de sangre y gore. El arte se esconde a menudo en lo que no ves”. Esta idea se contradice directamente con lo exhibido por Hooper en las películas gracias a las cuales adquirió fama mundial, lo que hace suponer que gran parte de los rumores son ciertos.

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La historia de “Poltergeist” se centra en los Freeling, una familia de clase media que vive tranquilamente en un barrio residencial, y que de un momento a otro se ven enfrentados a una serie de situaciones paranormales que tienen como consecuencia la desaparición de la pequeña Carol Anne (Heather O´Rourke). Si bien la premisa se puede enmarcar dentro del género del horror, la verdad es que durante la primera media hora, la película solo realiza una descripción de la vida en los suburbios. Nos encontramos con una familia más bien joven, donde los padres (Craig T. Nelson y JoBeth Williams) son cariñosos y atentos con sus tres hijos, al mismo tiempo que exhiben una mentalidad más bien liberal ya que en sus ratos libres fuman marihuana para relajarse. En gran medida estamos ante una familia en apariencia perfecta (ya que ciertamente no lo es), donde no existen mayores discusiones o problemas, al punto que los padres jamás cuestionan el extraño accionar de su hija más pequeña, quien no solo habla con el televisor, sino que además asegura que hay fantasmas en la casa. Lo que es aún peor, y que definitivamente le resta seriedad y suspenso al film durante su primera media hora, es la reacción inicial de la madre antes los sucesos paranormales; en vez de poner a resguardo a su familia, decide divertirse con los fantasmas utilizando a su propia hija como sujeto de prueba de un particular experimento.
No pasa mucho tiempo antes de que los acontecimientos que ocurren en la casa de los Freeling tomen un cariz mucho más macabro. Lamentablemente a mi gusto, la transición entre los sucesos paranormales más “amistosos” y lo francamente terrorífico es demasiado abrupta. De sillas que se mueven solas, rápidamente se pasa a árboles que adquieren vida propia y que de paso intentan asesinar al pequeño Robbie (Oliver Robins), y a portales interdimensionales que se abren en medio de la pieza de los niños tragándose literalmente a Carol Anne. Luego de la desaparición de la niña, los padres deciden recurrir a un grupo de parasicólogos liderados por la Dra. Lesh (Beatrice Straight), quien eventualmente deberá pedirle ayuda a una psíquica llamada Tangina (Zelda Rubinstein), la cual es la única persona que puede rescatar a Carol Anne del lugar en el que se encuentra. Evidentemente “Poltergeist” comienza explorando algunos de los temores propios de la infancia (como el miedo a la oscuridad, a las tormentas, y a los “monstruos que habitan en el closet”, entre otras cosas), para luego explotar temores más propios de la adultez, como el miedo a perder a los hijos o los logros de una vida de trabajo. Al mismo tiempo, se le intenta dar un tono más serio al tema de la parasicología mediante la inclusión de científicos que no sólo intentaran descubrir cuál es la fuente de los sucesos que ocurren en la casa de los Freeling, sino que además deben validar científicamente sus descubrimientos.

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La película bien podría ser divida en tres actos; el primero considera la presentación de la familia y los primeros acontecimientos paranormales que ocurren en la casa. El segundo comienza tras el “rapto” de Carol Anne y termina con la llegada de Tangina, y el tercero abarca la actuación de la psíquica y la posterior revelación del enigma que encierra el lugar. A medida que avanza la cinta, esta va ganando en suspenso y terror, sin tener que recurrir a prácticamente ningún tipo de violencia gráfica (la única excepción podría ser la escena en donde a uno de los científicos literalmente se le derrite el rostro). En el ámbito de las actuaciones, el elenco en general realiza un estupendo trabajo, destacándose a mi gusto la labor de Zelda Rubinstein y Craig T. Nelson. Por otro lado, la película cuenta con el estupendo trabajo de fotografía de Matthew F. Leonetti, y la tremendamente efectiva banda sonora de Jerry Goldsmith (merecedora de una nominación al Oscar). Por último cabe mencionar que el trabajo de Richard Edlund, quien estuvo a cargo de los efectos especiales, es algo dispar (aunque en aquel entonces recibió una nominación al Oscar por su labor en este film). Si bien hay ciertos efectos que siguen causando una buena impresión hasta el día de hoy, existen otros que claramente han perdido su capacidad de impacto con el paso de los años.
“Poltergeist” también es conocida por la supuesta maldición que se cierne sobre esta película y sus dos secuelas. Se dice que todo comenzó cuando para la famosa escena de la piscina repleta de cadáveres, los encargados de los efectos especiales se dieron cuenta que era más barato utilizar cadáveres reales que unos de utilería. Dicha decisión se traduciría en una supuesta maldición que tendría como consecuencia el asesinato de la actriz Dominique Dunne (quien interpreta a la hija mayor de los Freeling) a manos de su novio, al poco tiempo de estrenado el film. A esto se le sumaría el fallecimiento de la pequeña Heather O´Rourke durante el rodaje de la tercera parte de la saga. Independiente de los rumores acerca de maldiciones, de la discusión de quien fue realmente el responsable de la dirección de la película (aunque es innegable que existen rasgos de la mano de Spielberg), y de los posibles defectos que puede presentar la historia, la verdad es que “Poltergeist” tiene una serie de escenas realmente aterradoras, un par de momentos inolvidables, una historia interesante, buenas actuaciones, y efectos especiales atractivos, elementos que en conjunto terminan convirtiendo a esta película en un clásico del cine de terror por derecho propio.

por Fantomas.


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