Estoy consciente de que como papás debemos de fomentar la imaginación de nuestros hijos, les dura poco tiempo y es un regalo maravilloso de los niños.
La semana pasada se le cayó su 6to diente a mi enana, y la hadita de los dientes le trajo su billete. Despertó 2 días después diciendo que había soñado que volaba. Yo en mis ganas de impulsarla a que sepa que puede lograr lo que quiere, le dije que debería de inventar algo con lo que pueda volar, que tal vez de más grande lo pueda hacer. Me contestó que no, que lo quería ahorita y que si por favor yo le enseñaba… hasta aquí todo normal… pero en eso me dije “no le cortes su imaginación” y le dije que necesitaba muchas ganas y polvo de hadas. Inmediatamente me contestó que lo fuéramos a comprar, pero pues obvio le dije que ese no lo vendían. Puso cara triste y me dijo: -“entonces cómo le vamos a hacer mamá?”
-“A lo mejor podemos lograr que nos traigan ellas amor” – le contesté.
Se me ocurrió decirle que les escribiera una cartita (está aprendiendo a escribir) y les puso “haditas lindas, por favor me pueden dejar polvo de hadas para volar. Gracias” (el gracias lo escribí yo) y le quedó así:
La amé! Después se nos ocurrió que plantaríamos esa nota en una maceta con semillas de alguna flor y que tal vez, el polen de esas flores serán “polvo de hadas para volar”… eso en mi ocurrencia de que se le olvide el tema de aquí a que salgan las flores!
Ya les contaré qué pasó. Por lo pronto, a disfrutar de la inocencia y la imaginación de los niños! Son lo máximo.
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