Polvo y arena III

Soy feliz.
Estoy con el sol y estrellas
soy polvo
me desgranó la arena.
Aunque obligado fui
estoy con Dios y su sirena
en un paraíso encerrado en mi tierra
y me piden que me deshaga de ella…

Así contra los dioses, inmóvil se debatió
contra su luz y su condena
contra voces, contra dolor sin herida y tormenta
poco que hacer tiene una estatua quieta
¿Cómo entonces sin palabras, sin vista ni piernas
iba a convencer al cielo de salvar su tierra?

Más los vocablos a dios no le llegan
sentidos no tiene, ni sangre ni vena
Sólo hace su propia justicia
sólo aplica la pena
a todos los mortales
a la tierra que no le rodea.
Éste decía;

– Todo agua hierve
– Este agua planta quema
– Bestia come planta
– Hombre come bestia
– Yo soy el que el tiempo decide y a todos le resta
– Cuando uno acaba otro se manifiesta
– Entonces tu aquí es cuando entras
– Te darás cuenta, de mi trabajo y mis desdichas
– Serás Dios, gobierna tú la tormenta
– Más a mí no te dirigas
– Coméntaselo a la arena.

Y así es como el hombre,
en el papel del sol
discutió con la arena
enamorado tartamudeando
sólo tardo veinte años
en darse cuenta.

Que la muerte natural
hacía las cosas bellas
hace los pájaros de colores
el mar de peces que navegan
las bestias al sol se calientan
es la vida entre ellas es perfecta
llena de distinta razas
que bailan entre ellas

Sin el paso del tiempo
no tendríamos cara ni seríamos hombre
seríamos una serie de estatuas
sin piel ni hueso
charlando entre ellas.
Sólo seríamos ideas
nosotros seríamos polvo
y ellas arena.
Es gracias a la muerte
que dejábamos un legado
otros lo conservan
morir nos hace libres
de la condena
de ser siempre los mismos nombres
las mismas pocas ideas

– Te duelvo tu vida humano
– dísfruta de tu tiempo
– disfruta del cambio
– Del mar,
– el cielo
– y el campo .

FIN?

Alejandro