Revista Opinión

Polvos y lodos

Publicado el 27 diciembre 2015 por Manuelsegura @manuelsegura

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La danesa Borgen es una serie de culto. Su trama gira en torno a Birgitte Nyborg, una dirigente política a la que le toca en suerte ser la presidenta del gobierno de su país. Su ejecutivo es de coalición, algo que viene siendo tradicional en la vida pública de Dinamarca desde tiempo inmemorial. El productor Adam Price y los guionistas Jeppe Gjervig Gram y Tobias Lindholm dan forma a una trepidante historia sobre los entresijos y las cloacas de la política y su relación siempre complicada con los medios de comunicación. La serie engancha desde el primer capítulo. Lleva tres temporadas en emisión. Su contraste con lo que ocurre en España es palmario. Una primera ministra que vive en su casa de siempre, y que tiene que buscarse la vida para desatascar el fregadero, es el vivo ejemplo de que se puede mantener la normalidad incluso cuando se alcanza la cúspide del poder. En Dinamarca parece normal que se prescinda del boato que rodea toda esa parafernalia; en España, no, porque cualquier alcalde de capital de provincia cuenta con más aparataje a su alrededor que el que Borgen nos muestra de su jefa de gobierno, una mujer de centro y progresista. Una productora de nuestro país adquirió hace algún tiempo los derechos para adaptar esta exitosa serie a la vida política española. Difícil tarea porque los polvos que puedan envolver a la clase política danesa se suelen transformar en lodo, fango, barro y cieno de los Pirineos hacia abajo. Y porque por aquí nos sigue encantando eso de disparar con pólvora de rey.


Polvos y lodos

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