Revista Cultura y Ocio

Pompeya, de Robert Harris

Publicado el 09 enero 2021 por Laura Coll Rigo

Los que sois asiduos al blog sabéis que a mí me va el drama realista. Familias separadas por la guerra, víctimas de abuso, gente terminal, enfermedades desconocidas, incendios, atentados, barcos hundidos, civilizaciones casi extintas, ciudades arrasadas... En especial me gusta cuando estas historias se basan en hechos reales: las películas postapocalíticas me aburren. 

Aunque me he centrado especialmente en la literatura relativa a la segunda guerra mundial, leí Voces de Chernóbil, que me gustó mucho, y aún me quedan muchos momentos históricos dramáticos por explorar, como la catástrofe de Hiroshima o el 11-S (se aceptan recomendaciones). Un tema que tenía muy pendiente era el de Pompeya. Imaginad: una ciudad que de la noche a la mañana se ve cubierta de cenizas y lava, sus ciudadanos atrapados entre las llamas, viendo cómo su  mundo se desmorona, siendo quemados vivos, petrificados en un rictus de espanto para toda la eternidad. Qué dramón. 

Antes de darle una oportunidad a la obra que os reseño hoy, ya había probado uno o dos libros más sobre esta catástrofe, pero los abandoné a las pocas páginas porque aquello me recordaba más a un manual de historia que a una novela. Y es que a mí la novela histórica no me gusta; prefiero con diferencia la ficción histórica.

Pompeya, de Robert Harris
Título: Pompeya
Autor: Robert Harris
Traductor: Fernando Garí Puig
Sello: DEBOLSILLO
Fecha publicación: 02/2018
Páginas: 320
Medidas: 125 X 190 mm
ISBN: 9788497937535
EAN: 9788497937535

Sinopsis:
Una sofocante semana a finales de agosto del año 79 d.C. ¿Qué mejor lugar para pasar los últimos días del verano que la bahía de Nápoles?
A lo largo de toda la costa, los ciudadanos más ricos del imperio se relajan en sus lujosas villas, la flota más poderosa del mundo descansa pacíficamente fondeada en Miseno y los visitantes gastan su dinero en las localidades de Herculano y Pompeya.
Solo un hombre parece preocupado. El ingeniero Marco Atilio Primo acaba de hacerse cargo del Aqua Augusta, el enorme acueducto que suministra agua potable al cuarto de millón de habitantes de las nueve ciudades de la bahía de Nápoles, y por primera vez desde hace generaciones, los manantiales se están secando. Su predecesor ha desaparecido y hay un problema en algún punto de los noventa kilómetros de la conducción principal, al norte de Pompeya. Justamente en las faldas del Vesubio.
Atilio responsable, respetable, práctico, incorruptible asegura a Plinio, comandante de la flota imperial y famoso erudito, que puede reparar el acueducto antes de que los depósitos de reserva se queden sin agua. Pero mientras se encamina hacia el Vesubio, se dispone a descubrir que hay fuerzas que ni el imperio más grande del mundo puede controlar...

Opinión:
Impresión: Corto

La historia, contada de forma objetiva, es muy aburrida. Si no fuera así, en lugar de películas en los cines se proyectarían muchos más documentales. Una buena novela histórica tiene que tener voluntad artística; en caso contrario no es una novela, es un manual de historia. Por supuesto que este es un género enfocado a aquellas personas que quieran adquirir conocimientos sobre una época concreta, pero eso no significa que tengas que inyectarle datos en vena. Si quieres explicar lo que sucedió en Pompeya enumerando de forma cronológica y ordenada, con sus causas y consecuencias, una serie de sucesos de forma objetiva, sin transmitir ninguna emoción, entonces escribes un ensayo, no una novela. 

Pompeya, de Robert Harris
Para hacer una buena novela histórica, el autor debe saber armonizar realidad y ficción. Por supuesto que tiene que documentarse y ofrecer información fidedigna y contrastada (no como hace Braveheart), pero tiene que tener también unos personajes con vida propia, que no sean meros figurantes, herramientas para narrar unos hechos.

A un libro sobre Pompeya le pedía dos cosas: una narración cronológica y detallada de la explosión y de todo lo que conllevó y unos personajes con profundidad capaces de transmitirme sus sentimientos. Aunque el tono de la obra es el adecuado, pues sabe combinar muy bien hechos históricos con ficción, lamentablemente es demasiado superficial.

Mi mayor problema con esta novela es que le faltaban otras 300 páginas. La perspectiva (un aguador que quiere arreglar el acueducto que pasa por Pompeya) es interesante y la novela empieza bien a nivel cronológico (dos días antes de la erupción). El problema es que la erupción tarda demasiado en llegar, se narra de forma superficial, sin entrar en detalles y el final es tan abrupto que no te permite ver las consecuencias de lo sucedido.

Aunque la novela está bien documentada, le ha faltado mucho desarrollo. Me hubiera gustado que se centrara mucho más en el conflicto principal y que las páginas dedicadas a la erupción y sus consecuencias fueran el grueso de la novela. Por desgracia, el volcán no estalla hasta 60 páginas antes del final, por lo que no se le dedica toda la atención que se debería. El problema es que la trama principal (la erupción) constantemente se ve relegada a un segundo plano en favor de otras tramas secundarias que no pintan nada en este libro o que deberían trabajarse mucho más. Todo el misterio sobre la desaparición del anterior aguador me parece innecesario, pues solo distrae la atención del lector. 

Por otra parte, el romance hubiera podido ser aceptable si no fuera tan precipitado y se cociera a fuego lento
Pompeya, de Robert Harris
(¿lo pilláis?). La relación entre Atilio y Corelia no tiene ningún fundamento, pues no hay demasiadas conversaciones entre ellos y le ha faltado mucho desarrollo.

Atilio es un personaje que me gusta porque no es una marioneta de la historia y no está ahí solo para narrar lo que sucedió en Pompeya, sino que tiene sueños, deseos, miedos y esperanzas. Tiene un pasado, opiniones propias sobre lo que está sucediendo y, aunque su participación no sea activa respecto al devenir de la historia, es alguien vivo que sabe cómo llevar la narración y transmitir sus sentimientos.

A nivel histórico, me parece una novela buena, fidedigna a lo acontecido, que sabe hasta donde contar y cuando callar. Sí que es verdad que he notado falta de verosimilitud en los diálogos (demasiado directos) y en la actitud de los personajes respecto a los esclavos (son personas, no objetos), pero no está mal.

En general me ha gustado, pero me ha sabido a poco. Esperaba descubrir mucho mas acerca de la erupción de Pompeya, pero me ha dado la sensación de que apenas he arañado la superficie, que se podían dar muchos más datos sobre estos acontecimientos. He descubierto cosas interesantes como el papel de Plinio o qué sucedió con otras ciudades cercanas, pero me he sentido más una espectadora de los hechos que una participante activa. La obra transmite bastante y es entretenida sin descripciones farragosas, pero aun así le ha faltado más drama y que Pompeya tuviera un papel protagonista. La erupción tarda mucho en empezar, Atilio tarda demasiado en ir y el final es abrupto, por lo que no conocemos las consecuencias del a erupción, ni a nivel social ni a nivel psicológico de los personajes.

Cosas que he aprendido:

  • La novela histórica puede estar bien.
  • Más datos sobre la erupción en Pompeya.
  • Información sobre acueductos.

Y ya para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads:

Pompeya, de Robert Harris

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PUNTUACIÓN...3/5!

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Primeras Líneas...

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