Me encanta el buen comer. ¿A quién no? Lo malo es que el comer conlleva el acumular reservas, vamos que lleva a la gordura. ¿Qué putada no? Acabar jadeando sólo con subir una cuesta, romper a sudar en cuanto te roza un rayito de sol, y lo peor, que tu ropa encoja cada vez más. Malditos duendes costureros…
Si estás gordo o gorda, sabes lo que es tener a tus amigos dándote codazos y susurrando algo del estilo “Hay que moverse…” o salir a cenar, que tú te cortas pegándole diminutos bocados a la comida y saboreándola mucho tiempo mientras ves a tus amigos de talla 38 zampar porción tras porción de piza. Malditos hipotiroideos…
¿Sabéis qué? ¡Yo paso de adelgazar! A la mierda, amo mis gorduras. Pasas menos frío en invierno, es como si llevaras un jersey injertado bajo la piel. Tu cara rellenita se verá siempre de buen humor. ¿Eres chico y te preocupa la papada? ¡No problemo! Para eso inventó dios la barba. Podrás fardar de curva de la felicidad. Tu abuela fardará por el barrio de que su nieto es, además del más guapo, el más sanote. Si tienes que montarte en un coche que va muy lleno, siempre te dejarán el asiento del copiloto para no convertir la parte de atrás en una prensa hidráulica. En cuanto te sientes en un sofá, tu barriga se convertirá en una repisa perfecta para apoyar la cerveza, el bocadillo, la taza de café, el plato de sopa,… bueno, eso último mejor no intentarlo. El caso es que es muy útil.
¿Qué hay de esas mañanas en las que no quieres levantarte y viene tu madre a tirar de tí hasta que te saca de la cama? Ajá, la clave está en pesar más, no podrá contigo y así dormirás toda la mañana.
Si tienes pareja, no te martirices por haber engordado. Lo has hecho por el bien de su columna, para que tenga un sitio blando donde reposar.
En el fondo todo son ventajas. Todos sabemos que los gordos somos las personas más majas del universo. Gánate nuestra confianza y te seguiremos a cualquier parte. A menos claro que se te dé por subir cuestas muy empinadas, entonces no.
Sin olvidar que también somos gente culta eh, porque, la gastronomía es cultura ¿No?
En fin, somos como los demás mortales, solo que más grandes, más graciosos, más majos… o sea, mejores. No lo olvides, la gordura mola. Pon un gordo en tu vida.
Orson López