Revista Opinión
(...) judeofobia y cristofobia son manifestaciones similares de un virus mutante. De una epidemia que no va con nosotros, que apenas nos atañe, hasta que llega el día en el que los heraldos del horror se calzan la capucha y echan la puerta abajo. Entonces, sólo entonces, la compasión hacia las víctimas da de sí lo bastante para alumbrar un happening. Entonces, sólo entonces, la sociedad del bienestar aparca por unas horas sus angustias contables y bombardea a los verdugos con avalanchas cívicas, consignas fervorosas e inquebrantables alianzas.
Después, cumplido el trámite, Poncio Pilatos se sumerge en la sauna catódica de los telediarios y, mientras la degollina arrecia, se masajea la conciencia y se lava las manos. El último episodio del salvajismo islamonazi ha convertido a Kenia en un nuevo jalón del camino hacia Auschwitz. Pero Kenia, según parece, cae muy lejos y no le interesa a nadie. Tan lejos -o tan cerca- como caía Auschwitz.
Tomás Cuesta, comentando el atentado de Kenia.
Después, cumplido el trámite, Poncio Pilatos se sumerge en la sauna catódica de los telediarios y, mientras la degollina arrecia, se masajea la conciencia y se lava las manos. El último episodio del salvajismo islamonazi ha convertido a Kenia en un nuevo jalón del camino hacia Auschwitz. Pero Kenia, según parece, cae muy lejos y no le interesa a nadie. Tan lejos -o tan cerca- como caía Auschwitz.
Tomás Cuesta, comentando el atentado de Kenia.