Revista Economía

Ponerle nombre al dolor: mi experiencia con el diagnóstico

Por Ms

Hoy quiero hablar sobre la importancia de tener un diagnóstico para poder empezar a sanar aquello que nos duela y de lo que significa vivir con un trastorno crónico.

Si echo un vistazo a mi vida, no puedo decir que haya pasado grandes enfermedades, operaciones o dolencias. De hecho cuando estoy en la consulta del médico y me preguntan por mi estado de salud, cualquiera diría que estoy bien.

Aunque he de hacer un paréntesis y decir que sí que tuve una gran dolencia/enfermedad a nivel mental. Pues el año de 2023 sufrí de ataques de pánico, ansiedad, toc y depresión durante unos meses, en lo que fue un jodido infierno. Pero digamos que quitando ese paréntesis donde estuve medicada y sentía que se me iba la vida, el resto del tiempo no he tenido nada grave.

Cuando nací tuve desde el inicio problemas intestinales. Mi madre me llevó al médico en muchísimas ocasiones, me cambió la leche y a lo largo de los años tuve muchos problemas con éste, si bien nada era «grave».

No fue hasta el año 2018 cuando en Tailandia pillé el típico virus del viajero, que derivó en una infección parasitaria que mis problemas intestinales se agravaron. Y claro, si a una persona ya delicada de por sí, la mantienes un año con una infección seria… su microbiota se va al «carajo».

A raíz de esto no sé cuántas pruebas me he hecho y cuántas dietas o cambios en mi alimentación he probado…

¿Pero qué tengo?

Supuestamente colon irritable, y sí, tiene sentido. Siempre he sido delicada a ciertos alimentos y las situaciones estresantes han tenido un impacto claro en mi intestino.

Lo que sucede es que tras mi hecatombe emocional, descubrí que también padecía un trastorno que me había seguido desde hace muucho tiempo: el trastorno disfórico premenstrual o tdpm, un trastorno cíclico que se relaciona con una alta sensibilidad a los cambios hormonales (estrógenos y progesterona), y que supone cambios físicos y anímicos durante la fase lútea del ciclo menstrual.

Al padecer estas dos afecciones (que tienen en común esa alta sensibilidad ya sea a alimentos, hormonas o emociones), es difícil saber cuál es cuál, ni si una está causada por la otra, si se retroalimentan o si simplemente su coexistencia empeora a ambas.

La importancia de un diagnóstico

Cuando descubrí que padecía TDPM, de repente es como si muchos episodios, relaciones y situaciones de mi vida cobrasen sentido. Entendí por qué sentía que cohabitaba con dos personas (a quienes llamé Irene y Alicia), y que según las fases del ciclo, una aparecería y la otra se escondería.

Entendí por qué pasaba de tener mucha ilusión y energía , a convertirme en un ser triste, apático, nostálgico, que poca esperanza al mirar hacia el futuro.

Este espacio lo creé para compartir aquello que he aprendido en el camino y que cada día me ayuda a estar un poquito mejor… aunque no te lo voy a negar, hay recaídas y momentos muy oscuros donde pierdo la ilusión. Pero si miro atrás veo todo lo que he avanzado, y la importancia de ponerle un nombre a lo que sufría.

Porque sólo cuando entendemos qué nos sucede, es cuando podemos empezar a ponerle remedio. Por no hablar de la felicidad que te invade al sentirte comprendida.

¿Trastorno crónico o algo más?

En mi caso con el diagnóstico del TDPM lo vi muy claro, además que coincidía con los días. Y cuando me quedé embarazada, no pude sino verlo aún más nítidamente. Fueron los meses más estables y felices de mi vida, y no, no fue casualidad.

Sin embargo, con el colon irritable me cuesta entender qué sucede. Cuando tienes un trastorno crónico pero que varía según no sabes muy bien qué, te desesperas.

Y es que por mucho que me cuide, hay ocasiones en las que sigo mal, y encima según el momento del mes, puede que por muy bien que me cuide, el otro trastorno destruya el avance que haya hecho.

Y de ahí que a pesar de llevar tantos años sufriendo problemas intestinales, aún no sepa bien qué me sucede. Vuelvo a la consulta una y otra vez para ver si hay algo más, pero no suele aparecer nada.

Por ello, mi esperanza es seguir investigando, probando y esperando que algún día de con «la tecla»… y es que si consigo dar con ella wow… También te digo que he mejorado mucho de cara a años posteriores, pero sé que puedo estar mejor, y no me voy a rendir hasta que lo haga, y te animo a que tú tampoco te rindas.

20porciento

Gracias a este espacio estoy conociendo a personas maravillosas y que me recuerdan a cómo me sentía al inicio (ya sea por el TDPM o el colon irritable) y lo perdida que podía llegar a sentirme.

No soy terapeuta, no soy nutricionista ni puedo dar recomendaciones médicas… solo puedo compartirte mi historia, decirte aquello que he aprendido y qué me ha funcionado o no. Pero me llena de alegría sentir que puedo aportar un poquito a otras personas.

Mañana quedo con una de ellas y espero poder aportarle un rayito de esperanza y algo de dirección, para que luego elija la suya.

Además la tecnología y la ciencia avanza cada día, y quién sabe, quizás algún día dar con el diagnóstico va acompañado de encontrar la solución. Aún no hay una solución exacta, pero sí disciplinas que van acercándose aunque en última instancia hay una parte muy importante que tenemos que hacer nosotros y que no depende de nadie más.

Espero que pases un buen domingo y que pienses en todo aquello que has avanzado, así como en todo aquello que no has probado y que aún puede mejorarte un poquito más cada día.


Volver a la Portada de Logo Paperblog