Revista Motor

Ponerte delante de la Vida

Por José María José María Sanz @Iron8832016

Ponerte delante de la Vida¿Frío? ¡Todo el que se fabrica! Eso sí, perfectamente blindado hasta el punto de parecer el muñeco de Michelín. Así me he ido hoy a buscar la iglesia románica de Tortonda, cosa que no he sido capaz de hacer porque no estaba dispuesto a meterme por un camino de tierra. Resulta que desde Laranueva, lo que hay es un camino de tierra. Pero no me ha importado porque el viaje ha sido estremecedor. Basta con pasar de Masegoso hacia el norte y comprobar la dureza de la tierra y del cielo encapotado, del viento helado y de la vida ausente. Basta con saber que el Tajuña no nació noble sino villano.

El paso por Las Inviernas no ha desmerecido su nominalidad acertada y las curvas hasta Renales las han puesto para los tractores, que motos no había. No había motos pero sí que había un Renault 19 blanco que conducía un demente por el carril contrario en una curva ciega. Joder.

Un viaje al interior, a donde tú estás. Eso es montar en moto. No sé si tiene que ver con la "cultura Harley-Davidson", si es que existe esta cultura, que yo creo que no. No creo que sea una cultura ni una forma de vida. Tampoco creo que sea un estilo de vida ni una manera de ser. Es por ser motero, no harlero, eso de buscar otras cosas. La pregunta del millón sería cuáles son esas cosas que se buscan a lomos de una moto en cualquier carretera perdida de por ahí. Porque hoy he encontrado unas cuantas.

Yo pienso otra cosa. Yo creo que hay un momento en el que uno tiene que encontrarse, sentarse dentro y descubrir realmente quién eres. Pienso que lo de la moto, todo esto de la moto, es para facilitar esa ruta al interior de la persona. Qué tonto soy, yo que me reía de los que corren en el gimnasio de San Antón sin ir a ninguna parte. Corren contra una pared de cristal y nunca llegan a ninguna parte, como yo, que siempre acabo volviendo.

Es ir a buscarse, es probarse la hombría o la hembría (lo siento, amigo lector, pero sigo defendiendo que la palabra hombre es la misma palabra que la palabra hembra, por mucho que se me vayan a comer los del género, que sigue siendo cosa de cosas). A mi me parece que hay un momento en el que te das cuenta de que ya has hecho cosas, te has movido por la vida como has podido o como has querido, o como te han podido o como te han querido, no lo sé, y en un momento dado te das cuenta de que tienes que saber más. Tienes que saber lo que realmente hay dentro de ti, lo que eres. No lo que los demás ven sino lo que tú ves y, para poder mirar, tienes que pararte y meterte dentro y buscar y encontrar y correr a ninguna parte como los de San Antón y buscar un sitio donde sentarte y dejarte sentir y dejarte oír y escucharte, y entenderte y hacerte caso o no hacerte caso, pero escuchar lo que llevas dentro y saberlo, solo saberlo. Esto es ir en moto. Ir, estar solo, estar contigo, estar con la gente que te encuentras, estar en la naturaleza o en sitios desconocidos y enfrentarte a ideas más grandes que tú, que las hay. Ponerte delante de la Vida.


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