Revista Solidaridad

Poniente, playa solidaria

Por Aparcamientodiscapacitados

Ciegos disfrutando de un baño de mar de forma autónoma; discapacitados en silla de ruedas aprovechando los rayos de sol (o la sombra) en el mismo arenal; bañistas cultivando la lectura a través de los fondos de la 'biblioplaya' o haciendo uso de taquillas y de algo tan necesario como los aseos, vestuarios y las duchas bajo techo. La playa de Poniente dará, este próximo verano, un salto de calidad que la ubicará, en algunos aspectos, entre las más avanzadas de España.
El Ayuntamiento de Gijón, con la colaboración de la Autoridad Portuaria, ha diseñado el que será el nuevo edificio de servicios, que será levantado, dentro del arenal y al costado del centro de talasoterapia. Su impacto visual será mínimo (apenas tendrá una cota máxima de tres metros de altura) y el arquitecto responsable de su diseño, Mariano Guisasola, ha cuidado al máximo los detalles, tanto en materiales como en imagen. 
Según los planos e infografías a las que ha tenido acceso EL COMERCIO, el equipamiento tendrá un aire marinero, será totalmente permeable y, en la fachada que da a la playa, dispondrá de una pérgola dotada con dos tamarindos, y zona de asientos. Son solo algunos de los detalles de este proyecto municipal en el que, aunque no de forma exclusiva, tendrá un protagonismo muy especial el colectivo de discapacitados. De hecho, se incluye dentro del Plan de Accesibilidad y de no Discriminación de Gijón cuyo desarrollo es uno de los principales compromisos adquiridos por la Concejalía de Servicios Sociales que preside Eva Illán. Además, como se apuntaba con anterioridad, se pondrá en marcha, de forma papalela, un servicio de 'audioplaya' para los invidentes y una pasarela de madera de acceso directo al agua. Poniente será, entonces, una playa con servicios 'cinco estrellas' en seguridad y, lo que no es menos importante, en solidaridad.
Era, y sigue siendo, una carencia bastante evidente de la playa de Poniente. La nueva concha local ha crecido de forma espectacular en usuarios, pero su equipamiento de servicios es más bien deficiente. Apenas se resume a unas duchas exteriores sobre el mismo arenal. Todo cambiará a partir del ya próximo verano. El Ayuntamiento de Gijón y la Autoridad Portuaria (como propietaria de los terrenos) suscribirán en breve un acuerdo que permitirá levantar, al lado mismo de 'talaso', un edificio de eso, de servicios, en el que tendrán un especial protagonismo las personas discapacitadas, pero que será abierto para todos los usuarios de la playa. Dispondrá de vestuarios para hombres y mujeres, de aseos y duchas, de taquillas y hasta de una 'biblioplaya' para alquilar libros durante la estancia en la concha.

Dos edificaciones paralelas
El diseño de este equipamiento, ubicado en una zona de máxima sensibilidad, ha sido muy cuidado, hasta el punto de que, como explicaba Mariano Guisasola, «se valoró la posibilidad de no hacerlo fijo, es decir, levantar una estructura que fuera retirada durante el invierno, pero se llegó a la conclusión de que era, incluso, antieconómico. Luego, barajamos diferentes zonas de la playa y se pensó que la mejor era al lado del edificio de Talasoponiente. ¿Razones? Porque está más cerca del centro, con acceso libre de barreras, muy fácil de conectar con los servicios urbanos (agua, luz, etcétera), lo que abarata la obra, y es una zona muy protegida de oleaje, fundamental para el baño de las personas discapacitadas».
Y es que Mariano Guisasola, habitual colaborador de Cocemfe, entidad que ha tenido mucho que ver en este proyecto de accesibilidad a la playa, es un buen conocedor de las necesidades de las personas discapacitadas y, así, trabajó en un diseño de edificio capaz de responder a todo ello, con el máximo respeto al resto de los usuarios y al entorno general de la playa. ¿El resultado? Un equipamiento con dos edificaciones paralelas y un acceso central cubierto, con zonas de tránsito muy amplias y muy permeable, con un impacto visual que se pretende que sea mínimo. De hecho, la zona central, que será la cubierta, será la que tenga más altura, a unos cuatro metros del nivel del suelo. Todo nacerá desde el mismo paseo, donde habrá que retirar parte de la escollera, y se entrará unos 14 metros hacia dentro de la playa. En total, la superficie de actuación será de 204 metros cuadrados y el edificio tendrá 56 metros cuadrados construidos. Será una edificación de ladrillo, cubierta con material plástico de tonos marrones, que no tiene mantenimiento, rematada con un chapado de piedra, con ventanas de ojos de buey.
Apoyo del puerto
Una vez que se decidió que el edificio tuviera un destino permanente, también buscó el arquitecto darle un «carácter urbano», teniendo en cuenta que los servicios generales estarán cerrados no menos de ocho meses al año, pero la zona estará abierta al paseo e, incluso en invierno, los rayos de sol hacen de ese entorno un lugar agradable para el disfrute de los paseantes. Por ello, en esa zona exterior, la de fachada a la arena de la playa, estará dispuesta como una pérgola, con una serie de pilares (simulando palos de barcos de recreo) y cables, por donde discurrirán las ramas de los dos tamarindos que serán plantados en su misma base. Así, se garantizará en verano una zona de asientos sombreada y una estancia, en general, más que agradable con vistas al mar.
El proyecto ha recibido todos los parabienes del Ayuntamiento y de la Autoridad Portuaria y hasta cuenta con la colaboración de la empresa que explota el centro de talasoterapia, que no ha puesto problema alguno para conectar la red de saneamiento y de las aguas pluviales a la suya propia, lo que facilitará y abaratará bastante las obras. El presupuesto para los trabajos es de 150.000 euros y es probable que desde la Concejalía de Obras Públicas del propio Ayuntamiento se asuma una parte de la obra, la de retirada de la escollera y de la arena, hasta la 'rasante cero' desde la que se levantará el edificio, con el propósito de sacar a licitación únicamente lo que es el inmueble. Una forma de ahorrar costes aprovechando al máximo los propios medios municipales.
Ayuda a los discapacitados
Será un edificio para todos los públicos, pero los discapacitados dispondrán de especiales atenciones que, en la medida de lo posible, los hagan ser más autónomos. El servicio de 'audioplaya', dirigido a los ciegos, será de lo más novedoso y, de hecho, funciona en contadas playas en España. El invidente llegará a Poniente con su mando a distancia y, con señales acústicas, podrá comunicarse con los socorristas, que le darán un reloj o pulsera que le permitirá, a través de balizas táctiles y de un tótem, estar permanente ubicado, dejar sus enseres en lugar controlado e, incluso, ir de forma autónoma a darse un baño de mar, recibiendo información permanente de las balizas flotantes. Ellas le dirán donde está y cuál es la profundidad. Además, los socorristas lo tendrán, por esas señales, totalmente controlado en la distancia. Es un sistema complejo, que exigirá un evidente esfuerzo de adaptación de la persona invidente, pero que puede tener unos resultados espectaculares. Los ciegos se moverán, básicamente, por una pasarela de madera fija, que llegará hasta la misma orilla, al costado de la cual estarán todos los elementos sobre los que está fundamentado su sistema de apoyo. Por esa misma pasarela (que se adapta para la marea baja) se desplazarán los discapacitados en sus sillas de ruedas, que dispondrán, también al costado de la misma, de ducha, lavapiés y de una pérgola para protegerse del sol, si así lo precisarán, que estará equipada con un maletín de emergencia.
Edificio y equipamiento forman parte del plan de accesibilidad a la playa de Poniente, en el que han tomado parte activa diferentes asociaciones de discapacitados, y que quiere acabar con las barreras físicas de un entorno lúdico para que pueda ser disfrutado por todos. Ese es el objetivo del Ayuntamiento de Gijón y será el próximo verano cuando se vean los resultados.


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