Ponte las pilas y despista a tu culpabilidad: cumpleaños

Por Valedeoro @valedeoro

Si quieres lograr ser realmente bueno en alguna actividad, tienes que practicarla regularmente. Pero la fuerza de la voluntad por sí sola muchas veces no es suficiente. Si consigues cambiar el sistema y organizar el contexto de forma más favorable, entonces es más probable que lo consigas. También puedes inspirarte en las otras soluciones de esta serie.

Todos tenemos esa tía que nunca se olvida de ningún cumpleaños. Cada año te llega la tarjeta con sus buenos deseos justo el día de tu cumpleaños, escritos a mano y con un sello de verdad como los que utiliza la gente que escribe mucho. La felicidad de recibir una carta escrita a mano solo es eclipsada por el asombro de cómo lo habrá logrado.

La cruda realidad: son demasiados detalles

Marlene se había propuesto lo mismo: le gustaría mandar una carta a sus mejores amigas cada vez que cumplieran años. Quería enviar felicitaciones cada vez que hubiera una boda o el nacimiento de un hijo. Pero había algo que nunca cuadraba. Era tan difícil encontrar tarjetas bonitas, en su mesa de trabajo mal cabía el teclado entre tantos papeles y el correo para entregar las cartas estaba justo en la dirección opuesta a su recorrido habitual . Algunas veces hasta escribió la carta, pero una semana le dio vergüenza porque ya era demasiado tarde para enviarla.

Ya lo había intentado con alertas en su blackberry, con recordatorios personalizados, dejando tarjetas a la vista encima de su mesa e incluso programando una “reunión” con correos para no olvidarse de ninguna fecha. De hecho de vez en cuando lo conseguía, solo que de esta forma sucedía que algunas amigas sí recibieron la tarjeta y otras no, lo cual también le hacía quedar mal.

El sistema exterior: prevención de las búsquedas

El problema no era recordar la fecha significativa a tiempo, sino tener todo lo necesario a punto para cuando llegue el recordatorio. Es muy difícil escribir una felicitación personalizada y amena mientras la mesa del escritorio está desbordada de papeles, trabajos urgentes y avisos de última hora. Si al mismo tiempo tienes que buscar las herramientas necesarias en distintos lugares (los cuales ni siquiera recuerdas), el simple acto de escribir una tarjeta se vuelve todo una odisea.

La solución es reunir todo lo necesario en una cesta decorativa que encaje en la estantería de los libros. Esta cesta conteniene: una pluma con recarga (por si acaso), diferentes felicitaciones y sobres, tarjetas lisas en colores pastel con sobres a juego, pegatinas de relieve variado, 10 sellos. En el caso de que ninguna de las tarjetas hechas encajen con el evento, con las tarjetas lisas y las pegatinas, Marlene puede fabricar sus propias tarjetas de aspecto profesional. Como los sobres y sellos ya están en la caja, puede prepararlo todo para dejarlo en cualquier buzón de correos.

Aunque también implementamos un sistema para el escritorio de Marlene, ella prefirió de mantener la caja en la estantería y trabajar con el recordatorio de la blackberry. Cuando es hora de escribir una tarjeta,pone la caja en su mesa, en la mesa del comedor, en la terraza o donde sea que le apetezca escribir en ese momento. Y le va de maravilla, por lo menos mi cumpleaños nunca lo ha olvidado.

¿Tienes alguna tarea que te gustaría hacer, pero que por alguna razón se te escapa? ¿Cómo puedes cambiar el sistema de modo que vaya a tu favor?

También puedes inspirarte en las otras soluciones de esta serie.


Imagen: mame* / flickr