La primera vez que vi un Pop It fue en un bazar chino. Llamó mi atención, lo cogí, me recordó a esos embalajes de burbujas que tanto me gusta apretar (pero que tanto molestan a mi marido) y mi vena psicopedagógica me impulsó a comprarlo. Sabía que sería bueno para mi hijo, y aún así no me lo llevé. Primero quería volver a aquella tienda con él para ver si le gustaba (ya sabemos que no sirve de nada comprar juguetes que no les gustan, pues luego son trastos inservibles por casa).
Esa misma semana, al terminar la sesión de estimulación, la terapeuta ocupacional me comentó que habían estado trabajando con un Pop It y que a mi hijo le había gustado. Y, de repente, empecé a ver Pop Its por todos lados; en las tiendas, mercadillos y lugares frecuentados por niños y niñas. Era el juguete de moda del verano, y aún hoy todavía sigue causando tendencia. Mi hijo tiene dos Pop Its, a los que juega de vez en cuando, lo cual me parece muy apropiado porque posee unos beneficios realmente buenos.
¿Que son los Pop It?
Seguramente, si no tienes niños y niñas en tu círculo más próximo, no conocerás este juguete por su nombre, aunque seguro que lo has visto recientemente. Se trata de un juguete de silicona, de llamativos colores, compuesto de unas especies de burbujas que se aprietan y se invierten. Estas burbujas se pueden explotar tantas veces como se quiera, porque en verdad no explotan; más bien cambian su forma.
Lo encontramos en cualquier tienda de juguetes, a un precio realmente barato y de múltiples diseños, formas y colores.
Los beneficios de jugar al Pop It
Este simple juguete es igual de adictivo que lo es, para nosotr@s, explotar las pequeñas burbujas del papel de embalaje (lógicamente, las burbujas de las que se componen los Pop Its son más grandes).
Como os comento, mi vena psicopedagógica me impulsa a encontrar posibles beneficios a casi cada juguete que cae en mi mano, y con los Pop It no podía ser de otra manera. Hoy os comparto unos cuantos de estos beneficios, de los que todos los niños y niñas se pueden beneficiar, y especialmente aquellos niños y niñas que poseen algún tipo de retraso en el desarrollo y/u trastorno en el que la impulsividad y la inquietud son rasgos predominantes.
¡Ahí van!
Es relajante
Explotar burbujas es una de las cosas más relajantes que existe, y este juego, por tanto, incita a la relajación. Se considera un juguete antiestrés, ideal para calmar a aquellos niños y niñas que, por sus circunstancias, poseen un alto nivel de nerviosismo, inquietud, excitación e impulsividad que domina sus comportamientos. Muy útil en trastornos como TDAH y/o TEA, entre otros.
La relajación se consigue a través de la acción repetitiva de explotar las burbujas, la fuerza empleada para ello y el ruido que realiza. Permite, además, que los niños y niñas centren su atención en este juguete, reduciendo la hipersensibilidad a estímulos ambientales que actúan como verdaderos distractores en su día a día.
Estimula dos sentidos principales: Tactil y visual
Los sentidos táctiles y visuales también resultan beneficiados con este juego, ya que son necesarios para llevarlo a cabo. Además, para poder jugar al Pop It se necesita una buena coordinación de estos dos sentidos, trabajando conjuntamente.
Mejora la psicomotricidad fina
Mi hijo usa este juego para reforzar la motricidad fina. Lo usa en casa y en las terapias de estimulación. Supone un muy buen recurso para estimular esta habilidad que, junto con otros recursos, puede dar numerosos frutos en su desarrollo.
La clave está en la fuerza que debe realizar el dedo para invertir las burbujas, así como su posición en cada una de ellas.
Además de jugar al Pop It, podéis mejorar la psicomotricidad fina de vuestros hijos e hijas animándoles a hacer pizzas caseras, jugar al Mr.Potato y/o realizar puzzles, entre otros.
Potencia habilidades atencionales
Las actividades rítmicas, sencillas y repetitivas poseen el poder de mejorar la atención, pues favorecen un buen nivel de concentración. ¿Quién no sería capaz de pasarse horas y horas absorbido en actividades como pintar cuadraditos de una hoja cuadriculada, explotar las ya comentadas burbujas, y/o dando golpecitos rítmicos sobre la mesa? El Pop It es similar a estas acciones, y por ello, es capaz de mejorar las habilidades atencionales.
Si quieres saber otros juegos que potencien estas habilidades, te invito a leer mi entrada 5 juegos para mejorar la atención.
Pueden usarse para entrenar la lógica y las habilidades matemáticas
Gracias a la moda del Pop It, actualmente existen infinidad de usos pedagógicos con este juego. A través de sus burbujas, podemos generar series, ejemplificar de una manera muy visual el concepto de adición (lo que viene genial para aprender las sumas) y de sustracción (para las restas). Encontramos muchos tipos de materiales por la red para trabajar la lógica y las habilidades matemáticas.
¡Y es adictivo!
Lo mejor de todo es que es un juego tan adictivo que nos permite reforzar sus beneficios durante un buen rato cada día.
¿Existe algún niño/a en la faz de la tierra que todavía no tenga uno?