Si bien, la mayoría de los partidos políticos populistas en Europa son mayoritariamente de derechas, a partir de la Gran Recesión económica, ha favorecido la irrupción de partidos políticos populistas de izquierda como Syriza en Grecia o Podemos en España. Tanto las fuerzas populistas de izquierda como las de derecha han venido ganando peso electoral en el sistema democrático de muchos de los países de la UE. Este hecho ha generado un estrés añadido al sistema político. Se ha traducido en algunos casos en una serie de reformas institucionales que han erosionado el Estado de derecho, abriendo la puerta a una "democracía iliberal" como es el caso de Hungría o Polonia en Europa. También, ha puesto a prueba la resiliencia de las instituciones democráticas en EE.UU. donde la derecha populista no solo ha polarizado la sociedad sino que también ha legitimado ciertas ideas que atentan contra la democracia liberal.
