Por un lado, continúan las réplicas. Ayer tuvimos una bastante fuerte, de hecho la de mayor intensidad desde el terremoto del pasado 11 de marzo, y hoy hemos tenido otra por la mañana. Se suceden casi a diario. ¿Cuándo pararán? No se sabe. ¿Puede ocurrir un terremoto más grande? Es posible, y siempre lo ha sido, ya que como se sabe Japón está situado en una zona de la corteza terrestre con mucha actividad sísmica.
Lo de anoche fue un seísmo de magnitud 7.4 que se sintió con grado 6+ JMA en Miyagi y con grado 4 JMA en Ibaraki. Lo de las diferentes escalas de los terremotos ya lo expliqué aquí. Básicamente, tenemos la Escala Richter, que mide de 0 a 10 la energía liberada por un seísmo en su centro, y la Escala JMA (Japan Meteorological Agency), que mide de 0 a 7 el grado de agitación en un punto de la superficie terrestre y el efecto que deja sentir en ese punto. Este último grado depende por tanto de lo cerca del epicentro del terremoto que se mida. En este diagrama podéis veir la diferencia entre lo que sintieron anoche en Miyagi cerca del epicentro (grado 6+ JMA), lo que sentimos más lejos en Ibaraki (grado 4 JMA) y lo que sintieron en Tokio (grado 3 JMA).
Por suerte, la tecnología está de nuestra parte y hoy en día contamos con sofisticados sistemas de alerta temprana que te avisan por teléfono móvil hasta con 10 segundos de antelación al terremoto. Un ejemplo de ello es la aplicación ゆれくるコール” para iPhone que recibe la información de la JMA (Japan Meteorological Agency). Aquí van unas capturas de mi móvil...
Gracias a este sistema, anoche estábamos en casa de un amigo y de repente comenzaron a sonar los teléfonos móviles avisándonos de que se iba a producir un temblor de grado 6 localizado en la prefectura de Miyagi. Echando cuentas sobre a qué distancia está Miyagi supimos que en Tsukuba lo íbamos a notar con cierta intensidad así que nos preparamos para ello y cuando empezó el temblor ya estábamos desalojando la casa. No nos pilló desprevenidos.
El otro problema es el de la radiación de Fukushima. Por ahora parece que la situación se mantiene estable, aunque está lejos de estar bajo completo control y existen demasiados factores como para estar tranquilos. La planta está en equilibrio pero se sabe que en cualquier momento puede fallar algo y producirse un escape importante (aparte de las fugas que se han detectado en las últimas semanas). No obstante, en cualquier momento puedo consultar los niveles de radiación en Tsukuba, situada a 200 km de Fukushima, y por ahora muestran un descenso constante así que no me preocupo demasiado, aunque como digo tampoco estoy tranquilo y sigo pendiente de la evolución de la central de Fukushima.
En el caso en que se produjese un escape radiactivo y un aumento en los niveles tampoco es cuestión de entrar en pánico. La radiación no es algo que mata al primer contacto, sino que requiere exposición durante cierto tiempo para ser perjudicial. En tal caso creo que puedo contar con un margen de pocos días para escapar hacia el sur del país o a otro país antes de que la radiación empiece a afectarme, y por aquello de que es acumulativa me plantearía el regreso.
El único inconveniente al que sí me enfrento en estos momentos es que la radiación ha contaminado algunos productos agroalimentarios del Norte de Ibaraki, como las verdudas y los productos de granja, pero estos ya están siendo controlados y retirados del mercado desde hace semanas. Los supermercados locales se abastecen mientras tanto con productos de otras regiones de Japón (por lo tanto, si no como verduras es porque no quiero y no porque no haya). El pasado 5 de Abril se detectó una fuga de sustancias radiactivas al mar en Fukushima y al mismo tiempo se llevó a cabo un vertido deliberado de agua radioactiva. Se teme que el pescado y el marisco de la costa Este de Japón (incluyendo la zona de Ibaraki) se haya visto afectado por la radiación. Es por ello que además de las verduras el gobierno de la prefectura ha pasado a controlar los productos del mar para evitar que lleguen productos contaminados a los supermercados.
¿Puedo fiarme por tanto de la comida que compro en el supermercado? Pienso que sí, ya que está siendo controlada en todo momento. Los japoneses se toman muy en serio el tema de la seguridad y (para los que ven conspiraciones) no veo qué interés puede tener un gobierno para esconder un peligro en la salud de la población de semejantes características.
A pesar de estos dos inconvenientes, las réplicas de terremoto y el riesgo de radiación, la vida en Tsukuba sigue su curso y como cada año a principios de Abril comienza el curso en la Universidad.
Ayer asistí a la jornada de orientación para estudiantes de Master y por supuesto que la delicada situación que atraviesa Japón en estos momentos estaba en la agenda informativa. Se habló de los terremotos y de los niveles de radiación.
La mejor arma contra el pánico es proporcionar información realista y no dejarse llevar por las noticias que saltan en prensa. Los residentes extranjeros en Japón tenemos que ser conscientes de los riesgos y estar preparados para escapar en cualquier momento pero mientras no haya peligro hay que intentar llevar una vida normal. Yo estoy en Japón gracias a una beca del gobierno, mi labor de investigación y mi asistencia a las clases del Master es lo que me da de comer. No puedo pensar por tanto en hacer las maletas a la primera de cambio y regresar a España hasta que cese el riesgo, ya que por el momento el periodo de riesgo es indefinido y mientras tanto puede ocurrir algo o puede no ocurrir nada, hablamos de probabilidades. No me parece en absoluto responsable y, aparte, terminar renunciando a la beca por probabilidades me parecería un fracaso personal que no estoy dispuesto a asumir.
Así que como el resto de japoneses aquí me tienen, dispuesto a empezar el nuevo curso en Japón.
Comienzan las clases y los estudiantes preparan sus clubs y sus actividades como cualquier año.
La naturaleza también sigue su curso, pronto empieza la sakura, el florecimiento de los cerezos, un hecho social que se vive con intensidad en Japón. La gente no dejará de salir a la calle para sentarse con sus amigos a la sombra de los árboles en flor. Yo no voy a ser menos y para este fin de semana ya tengo planes con los colegas.
Así que oiga usted, por aquí estamos bien.