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Por el amor de dios

Por Clochard
Por el amor de dios Ella le gritó que parara
por el amor de dios.
Pero el amor de dios que todo lo puede
no se encontraba allí aquella noche.
Estaba en una reunión del consejo de administración
para aprobar las rebajas de verano
en los uniformes de los mártires por amor de dios.
Estaba en las manos ásperas del cura
tranquilizando al trémulo niño con el amor de dios.
Estaba en la comisión millonaria del alabado campechano
por las armas que escupirán el amor de dios.
Estaba en el torero saliendo a hombros de la plaza
ungido en sangre por la gracia y el amor de dios.
Ella le gritó que parara
por el amor de dios.
Pero el amor de dios omnipotente omnipresente
no se encontraba en quienes miraban por la ventana.
Estaba en el respetado presentador de informativos
defendiendo las mordazas por amor de dios.
Estaba en los diamantes de las señoras en la puerta de la iglesia
donados por países masacrados por amor de dios.
Estaba en las concertinas y las fronteras y aduanas
que nos mantienen a salvo por el amor de dios.
Estaba en el congreso de diputados que nos da trabajo
gracias a la virgen y al amor de dios.
Y en las hermanas de la residencia llevando la senilidad a votar
por el inmenso amor de dios.
Ella le suplicó que parara
por el amor de dios.
Pero el amor de dios es caprichoso como todo amor.
Y aquella noche no se dejó ver por allí.
Estaba en el coltán de tu smartphone
desde el que darás un me gusta a este poema.
O al menos eso espero, por el amor de dios.

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