Tenemos que tener cuidado con nuestros sabores de preferencia a partir de ahora, pueden decir mucho de nosotros, concretamente, la gente podrá saber cómo eres con sólo ordenar una ensalada o un helado de chocolate. Escalofriante, ¿verdad? Pero antes de llamar a Iker Jiménez, profundicemos más en este sabroso asunto -no he podido resistirme, lo siento-.
Alan Hirsch, neurólogo y psiquiatra estadounidense -¡de dónde sino!-, lleva años estudiando la relación entre los sabores y nuestra personalidad. Tiene incluso una Fundación (Smell & Taste) para llegar a las raíces del asunto. Con todos mis respetos, este señor está más obsesionado con este asunto que yo con Johnny Depp, fíjate lo que te digo.
Pero no contento con esto, también ha inventado un producto dietético llamado Sensa, que lleva: maltodextrina, fosfato tricálcico, gel de sílice y aromatizantes. Esto se echa en la comida y te sacia. Aunque reconozco que yo no lo probaría porque mi incultura me impide saber qué narices son la mitad de esas palabras tan raras.
Pero a mí lo que me interesa es lo de cómo eres según el sabor que te gusta, así que vamos a ello.
Si te pirras por la comida salada, te dejas llevar por lo que diga la mayoría. Sigues la corriente y estás convencido de que son los factores externos los que determinan el destino.
Si te atrae la comida picante, eres perfeccionista, amante del orden y odias perder el tiempo.
Si mueres por el dulce, eres un hedonista que busca ser alguien especial. Pero dentro de esta categoría, se distinguen los que prefieren el chocolate con leche, más introspectivos y tranquilos, de los que eligen el chocolate negro, fiesteros e ideales para trabajar en equipo.
Y ya los que mezclan dulce y salado en el mismo plato, bueno, esos son... la repanocha. Perdón, quiero decir que son creativos e imaginativos.
No os toméis esto a cachondeo, como hago yo, porque el estudio lleva 24 años para llegar a estas conclusiones y ha realizado 18.000 pruebas en diferentes sujetos, que se ve que no tenían nada mejor que hacer en su tiempo libre.
No contento con esto, ha sacado varios libros, el último destino a saber si tu pareja ideal es realmente la ideal según sus gustos gastronómicos. Por ejemplo, si amas las patatas fritas, eres una persona que persigue el éxito y tienes grandes ambiciones, por lo que deberías buscar a otro comedor de patatas fritas compulsivo para que te entienda o lo contrario para no acabar peleados. Si eres un tiquismiquis, seguro que es porque te gustan los nachos y ojito ahora en verano el sabor que eliges para el helado. Chocolate con galleta, ambicioso; vainilla, idealista; café, aventurero o fresa, introvertido y tolerante. Y digo yo, ¿los que piden el de pistacho? O peor aún, un tutti-fruti.
En mi caso, después de ver este estudio, lo único que me queda claro es que soy perfeccionista, hedonista, fiestera -preguntad por ahí a ver en cuántos clubs y discotecas me conocen-, persigo el éxito, soy una tiquismiquis -aunque me gusta más usar la palabra "exquisita"- y ambiciosa.
Si hay alguien por aquí que puede ratificar o desmentir mi personalidad, agradecería que no lo hiciera, no quiero desilusionar a nadie.
Y ahora si me disculpáis, voy a buscar a mi media galleta de chocolate, o a mi medio nacho, o... creo que mejor me voy a hacer una macedonia, menos problemas.