Título: Por encima de la lluviaAutor: Víctor del ÁrbolEditorial: Destino, 2017Páginas: 512
SINOPSIS.
Miguel y Helena se conocen en una residencia de ancianos en Tarifa, a una edad en la que creen haberlo vivido todo ya. A Miguel le asusta volar. A Helena le da pánico el mar. Los dos tienen hijos adultos y sienten que les han relegado a un plano casi ornamental. El dramático suicidio de un compañero de la residencia les abre los ojos. No quieren pasar sus últimos días recordando y añorando tiempos supuestamente mejores. Y juntos decidirán emprender el viaje de sus vidas, en el que descubrirán que nada es definitivo mientras queden ilusiones que perseguir.
Mientras tanto, en la lejana ciudad sueca de Mälmo, la joven Yasmina, hija de inmigrantes marroquíes y que sueña con ser cantante, vive atrapada entre el cuidado de su autoritario abuelo Abdul y el desprecio de su madre, para quien Yasmina es una vergüenza porque trabaja para un sueco de pasado turbio. Y vive un romance secreto con el subcomisario de la Policía sueca, un hombre mayor e importante.
Estos tres personajes dibujan una historia sobre el sentido del amor y sobre lo extraordinarias que pueden llegar a ser las personas comunes.
Pasado, presente y futuro se entremezclan en este viaje desde Tánger en 1955 hasta Mälmo en 2014, metáfora de un viaje mucho más importante: el de vivir siempre intensamente.
IMPRESIÓN PERSONAL.
Enfrentarse a una novela de Víctor del Árbol es siempre un reto. Cuando me pongo a ello, y lo he hecho con todas sus novelas menos con la primera en que ignoraba todo de él, sé de sobra que me va a remover por dentro. No son novelas para entretener. Son historias para ponerte delante lo que no queremos ver, ni siquiera mirar de reojo para no perturbar nuestro bienestar y seguir con nuestras vidas. Y esta novela de Víctor remueve y mucho porque afronta muchos temas que todos tenemos muy cerca y a los que el paso del tiempo nos lleva de manera irremediable: la vejez y la soledad de las personas que están en esta etapa de la vida.
"- Siempre estamos huyendo, desengáñate. La diferencia, lo que nos convierte en viejos, es que nosotros huimos hacia atrás y los jóvenes huyen hacia delante."
Por encima de la lluvia nos cuenta la historia de Helena y de Miguel, dos personas mayores que coinciden al final de sus días en una residencia de ancianos. Tienen poco en común, más allá de la vejez y de la soledad que les acompaña desde que deciden pasar sus últimos días en ese lugar. Pero allí, el suicidio de otro residente, les sirve a ambos de revulsivo para iniciar un viaje activo con el que pretenden aprovechar sus últimos días, sobre todo, Miguel que tiene alzheimer, y realizar algunas empresas a las que nunca se habían atrevido, incluida la de amar. Un viaje lleno de vicisitudes para los dos, en los que muchas veces se ve claramente el desdén con el que se trata a las personas mayores, la condescendencia que adoptamos, como si fueran tontos o no entendieran y también ese no verlos por mucho que los miremos. Un viaje en el que el autor nos pondrá delante de la vejez y de su tratamiento, el miedo al paso del tiempo y a la muerte, el tiempo perdido que nunca se recupera, lo que se valora lo no importante frente a las pequeñas cosas que no solemos valorar hasta que las perdemos, la enfermedad y el maltrato hacia las mujeres y, sobre todo, el olvido y la soledad a la que se ven abocados.
Por otro lado, el autor nos lleva a Mälmo donde conoceremos la historia de Yasmina, una chica de origen marroquí, que vive con su abuelo Abdul y su madre, utilizada por ambos desde que nació para tapar sus propias miserias y su propio pasado lleno de deudas y cuentas pendientes que Yasmina ha tenido que asumir. Seguramente esta sea la parte más negra de la novela, una historia prácticamente independiente de los acontecimientos que van sucediendo a Helena y Miguel en su aventura, aunque tarde o temprano el autor nos muestra los puntos de unión que existen entre algunos de los personajes.
¿Qué más contaros? Una historia impecable, como siempre, unos personajes tan reales como contundentes a los que te acercas de puntillas para conocerlos en profundidad porque así te los dibuja con gran maestría el autor, junto con cientos de reflexiones tan inteligentes como duras. Un continuo enfrentarse a una realidad a la que nunca queremos mirar de frente pero también un canto a la esperanza, una recomendación para vivir la vida plenamente y no quedarnos nada por el camino porque pocas veces hay tiempo para volver sobre nuestros pasos.
No os digo más. Como siempre pasa con Víctor del Árbol, hay que leerla, poco a poco, con serenidad y con la cabeza despejada para degustarla a tope.